Atletas de Jordania e Irán omitieron competir durante los partidos del miércoles contra su homólogo israelí en el Campeonato Mundial de Kickboxing, en el último ejemplo del boicot deportivo de los países árabes y musulmanes contra el Estado judío.
El incidente del miércoles fue un raro caso de un atleta jordano que boicoteó a un oponente israelí, una indicación más del empeoramiento de los lazos bilaterales entre los países, 25 años después de haber firmado un acuerdo de paz. El rey Abdullah II de Jordania dijo recientemente que las relaciones estaban en un “mínimo histórico”.
Ameer Asad, un boxeador de 22 años de la ciudad árabe israelí de Jatt, está compitiendo actualmente en el campeonato de la Asociación Mundial de Organizaciones de Kickboxing (WAKO) en Turquía en la categoría de peso de menos de 74 kilogramos (163 libras).
El campeón europeo de 2018 debía enfrentarse el miércoles a un rival de Jordania, pero el atleta no se presentó al encuentro.
En su próximo partido, el de cuartos de final, se suponía que Asad se enfrentaría a la iraní Morteza Godarzi, que tampoco se presentó.
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“No debería haber política en el deporte”, dijo Asad a los medios de comunicación en hebreo. “Venimos a competir como atletas”.
Dijo que no estaba contento de haber sido premiado con dos walkovers seguidos y que hubiera preferido ganar las victorias compitiendo.
La Federación Israelí de Kickboxing emitió una declaración pidiendo a los atletas que sean “respetuosos”, agregando: “Los boicots son un fenómeno totalmente antideportivo que perjudica el espíritu del deporte y de los atletas. Es lamentable que un atleta de un país vecino, con el que tenemos un acuerdo de paz, haya elegido cometer un acto tan feo”.
El mes pasado, la Federación Internacional de Judo (FIJ) prohibió a Irán competir indefinidamente por la negativa del país a enfrentarse a competidores israelíes.
El luchador iraní Saeid Mollaei, que defendió su título en el Campeonato Mundial de Tokio en agosto, había dicho que se le había ordenado que lanzara su semifinal en lugar de arriesgarse a enfrentarse al competidor israelí Sagi Muki en la siguiente ronda.
La Federación Internacional de Judo dijo que la suspensión permanecerá en vigor hasta que la Federación de Judo de Irán “dé fuertes garantías y demuestre que respetará los Estatutos de la FIJ y aceptará que sus atletas luchen contra los atletas israelíes”.
Irán no reconoce a Israel como país y los equipos deportivos iraníes han tenido durante varias décadas una política de no competir contra los israelíes. Los pasaportes iraníes recuerdan a los titulares en negrita que “no tienen derecho a viajar a la Palestina ocupada”.
El mes pasado, la boxeadora israelí Yulia Sachkov ganó una medalla de oro en los campeonatos mundiales de kickboxing estilo K-1 en Bosnia.
Otros tres israelíes se llevaron a casa las medallas de plata de esa competición en Sarajevo.
Sachkov, un soldado de las FDI de 21 años de edad de Haifa, derrotó a su oponente checo en la final de la categoría de peso menor de 52 kilogramos (114.5 libras) de kickboxing estilo K-1.
“Este es un sueño que se hizo realidad”, dijo a la radio pública de Kan. “Todo funcionó perfectamente”.