El rugido del público resonaba en mis oídos mientras presenciaba un espectáculo sin igual: Obed Hrangchal, de 28 años, con una destreza excepcional, se alzaba como el nuevo campeón israelí de kickboxing. Este inmigrante, recién llegado de la India, había dejado atrás su tierra natal y sus logros en artes marciales mixtas, para sumergirse en la tradición yeshiva en la pintoresca ciudad israelí de Ma’alot.
Una competición feroz: el camino hacia la gloria
En la categoría de 57 kg (125 libras), Hrangchal enfrentó a 150 competidores de clubes de todo Israel. La tensión en el aire era palpable, y los ojos de los espectadores seguían cada movimiento de los combatientes en el ring. Al final, Obed emergió victorioso, coronándose como el campeón indiscutible.
“Estoy muy contento con esta victoria”, compartió emocionado Hrangchal. “Siempre soñé con hacer aliá [emigrar a Israel] y convertirme en campeón israelí. Ahora sueño con representar a Israel en competiciones internacionales de kickboxing”.
Raíces ancestrales: la conexión con el pasado
Hrangchal es miembro religioso de la comunidad Bnei Menashe, descendiente de una de las 10 tribus perdidas de Israel. Creció en Aizawl, una bulliciosa ciudad de 300.000 habitantes en el estado de Mizoram, en el noreste de la India. Su conexión con sus raíces es una fuerza que lo impulsa en cada golpe, en cada patada.
“Empecé a practicar artes marciales a los 6 años, pero sin una instrucción adecuada”, recuerda Hrangchal. “Mejoré constantemente y luego empecé a competir a nivel estatal en 2014, cuando competí en kickboxing chino, o wushu, y gané el segundo puesto. Ese mismo año, empecé a estudiar artes marciales mixtas con un instructor”.

Reconocimientos y esperanzas: un futuro prometedor
Hrangchal ha cosechado numerosos premios del Consejo Estatal de Deportes de Mizoram y de la Asociación Estatal de Wushu de Mizoram, ambas afiliadas a la Asociación Olímpica de la India y al Comité Olímpico Internacional. Su entrenador en el Ramon Gym Club de Ma’alot, David Ramon, tiene grandes esperanzas para él en el futuro.
“Obed es un chico encantador y muy con un talento deportivo extraordinario que entrena muy duro”, afirmó Ramon. “No me cabe duda de que le espera un futuro brillante”.
Un hogar lejos del hogar: la familia Hrangchal en Israel
En 2020, Hrangchal y su familia emigraron a Israel con la ayuda de la organización Shavei Israel, con sede en Jerusalén. Sus padres, Gabriel y Ruth Hrangchal, ahora viven en Nof HaGalil, cerca de Nazaret. Michael Freund, fundador y presidente de Shavei Israel, ve en Obed un gran ejemplo de cómo los Bnei Menashe pueden aportar a la sociedad israelí.
“Obed es otro ejemplo destacado de cómo los Bnei Menashe pueden contribuir a la sociedad israelí, cada uno a su manera”, dijo Freund. “Espero que pronto lo veamos ganando medallas para Israel en todo el mundo”.
La odisea de los Bnei Menashe: un anhelo por regresar
Hasta ahora, más de 5.000 Bnei Menashe se han trasladado a Israel en las dos últimas décadas, y otros 5.000 permanecen en la India, añorando el día en que puedan regresar a su tierra ancestral tras más de 27 siglos en el exilio. La historia de Obed Hrangchal es un poderoso recordatorio de que la determinación y el espíritu indomable pueden superar cualquier obstáculo.
Mientras Obed continúa su ascenso en el mundo del kickboxing y se prepara para representar a Israel en competiciones internacionales, su historia de perseverancia y éxito sigue inspirando a quienes la escuchan. El guerrero de tierras lejanas ha encontrado un hogar en Israel, y con cada victoria, fortalece su vínculo con la tierra y su gente.