Dos semanas antes de la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Tokio, se descubrió que un guardia de seguridad de la delegación israelí estaba infectado con COVID-19, según los informes del viernes.
El resto del personal de seguridad que estaba con el guardia infectado en la Villa Olímpica de Japón tendrá que estar en cuarentena durante 14 días, informó el Canal 12 de noticias.
El guardia no había estado en contacto con ningún atleta de Israel ni de otros países, ya que solo se les permite entrar en la villa cinco días antes del comienzo de la competencia.
A solo dos semanas de la inauguración de la mayor competición deportiva desde el inicio de la pandemia del COVID-19, los organizadores se vieron obligados el jueves por la noche a ceder ante el aumento de los casos del virus en el país y prohibir a los espectadores la entrada a la mayoría de las pruebas olímpicas.
La decisión significa que los Juegos de Tokio serán los primeros que se celebren en gran medida a puerta cerrada, lo que supone un golpe para los atletas, que ahora competirán ante estadios prácticamente vacíos.
Fue un duro golpe para los contribuyentes japoneses y los organizadores locales de los juegos, que ya habían sido pospuestos desde 2020 por el coronavirus. Se perderán cientos de millones de dólares en ingresos por entradas, que deberán ser compensados por el gobierno. Los aficionados también han soportado meses de incertidumbre sobre si los Juegos Olímpicos seguirán adelante.
Se espera que entren en Japón unos 11.000 deportistas olímpicos y 4.400 paralímpicos, junto con decenas de miles de funcionarios, jueces, administradores, patrocinadores, locutores y medios de comunicación.
El Comité Olímpico Internacional dijo que más del 80% de los residentes de la Villa Olímpica estarán vacunados. Pero aún así, todos los participantes tendrán que someterse a pruebas diarias de detección del virus.