Un deportista israelí volvió a sufrir discriminación cuando su oponente jordano, Baker Alzidaneen comió tanto antes del encuentro que suspendió el pesaje, por lo que se descalificó para competir contra el israelí Sagi Muki.
El viernes en el Gran Premio de Budapest 2018 en Hungría, el judoka jordano, cuyo nombre se dice que es Baker Alzidaneen, se vio obligado a retirarse después de que el aumento repentino de peso lo colocó fuera de la categoría de 81 kilogramos en la que generalmente compite.
Muki, un campeón de Europa, ganó la primera medalla de bronce en la competencia. Muki tomó la delantera con un makikomi contra Sami Chouchi de Bielorrusia y agregó un segundo y ganó un waza-ari para capturar su lugar en el podio.
Emmanuel Nahshon, vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel, tuiteó que “un judoka jordano [se atiborró] de comida para estar por encima del límite de peso y no competir contra Sagi Muki de Israel”.
“Para algunos, él es un héroe. Para mí, ese judoka jordano es la encarnación del espíritu antideportivo. Por cierto, Sagi Muki ganó una medalla de bronce”, agregó.
Un judoka iraní realizó un truco similar en febrero. El judoka iraní Mohammad Mahdi Brimanloo se vio obligado a retirarse después de subir de peso repentinamente que lo colocó fuera de la categoría de menos de 73 kilogramos.
Durante años, los atletas israelíes se han enfrentado boicots, desaires y obstáculos logísticos en eventos deportivos en los que participan países árabes y musulmanes.
El mes pasado, el presidente de la Federación Internacional de Judo, Marius Vizer, decidió cancelar los eventos de la FIJ en los Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Túnez por su discriminación contra Israel.
“Creemos firmemente que la política no debe tener ninguna interferencia en los deportes y que los deportes deben ser un reflejo del respeto humano, la comprensión y la cooperación mutua y que los deportes, como una de las más altas expresiones de la humanidad, deben tener el poder de superar cualquier otro conflicto o interés”, declaró la FIJ.