En una llamada que se describió como “frustrante” durante el fin de semana, el presidente de EE. UU., Joe Biden, instó al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, a resolver el impasse sobre los fondos fiscales palestinos retenidos por Israel desde el ataque de Hamás el 7 de octubre.
Según funcionarios estadounidenses e israelíes, así como una fuente con conocimiento de la cuestión, la llamada entre los dos líderes el sábado fue una de las más difíciles y “frustrantes” desde el 7 de octubre. Un funcionario estadounidense expresó que el presidente Biden está comprometido con Israel, pero espera que Netanyahu asuma riesgos políticos necesarios.
El conflicto se centra en los fondos fiscales que Israel recauda mensualmente en nombre de la Autoridad Palestina y que deben transferirse a la AP. Sin embargo, Israel ha retenido parte de estos fondos debido a preocupaciones sobre el destino de los mismos, especialmente en relación con el pago de estipendios a condenados por terrorismo y familias de terroristas fallecidos.
En noviembre, el gabinete de seguridad israelí aprobó una transferencia parcial de fondos fiscales, excluyendo una parte destinada a Gaza y a estipendios. La AP rechazó esta transferencia parcial, lo que podría poner en riesgo su situación financiera.
Una propuesta negociada por el asesor de Seguridad Nacional de EE. UU., Jake Sullivan, permitiría a la AP enviar fondos a sus empleados en Gaza bajo supervisión israelí. Biden sugirió que los fondos fiscales retenidos se transfirieran a Noruega hasta encontrar una solución que satisfaga a ambas partes, pero Netanyahu expresó dudas sobre esta idea.
La Casa Blanca describió la conversación como “buena y productiva”, mientras que funcionarios estadounidenses informaron que se están haciendo progresos para resolver la cuestión de los fondos fiscales palestinos.