El presidente de la derecha brasileña, Jair Bolsonaro, visitará Israel a fines de mes, pero no podrá cumplir la promesa de trasladar la embajada de Brasil a Jerusalén, una acción a la que se opusieron los oficiales militares de su gabinete.
Un funcionario del gobierno dijo a Reuters el miércoles que no se ha tomado ninguna decisión sobre el movimiento de la embajada, lo que podría dar un impulso a la posición del primer ministro Benjamin Netanyahu una semana antes de las elecciones de Israel.
«Habrá que decir algo sobre la embajada durante el viaje», dijo el funcionario con conocimiento del asunto, pero que habló bajo condición de anonimato. Sin embargo, agregó que es posible que no se haga un anuncio formal durante la visita del 31 de marzo al 2 de abril, como esperaba el gobierno israelí.
Al visitar Brasil para la inauguración presidencial del 1 de enero, Netanyahu afirmó que Bolsonaro le dijo que el traslado de la embajada brasileña en Israel a Jerusalén desde Tel Aviv era una cuestión de tiempo.
Pero en una entrevista en febrero, el vicepresidente Hamilton Mourao, un general retirado del ejército, dijo a Reuters que el plan de Bolsonaro para mover a la embajada era una mala idea porque perjudicaría las exportaciones brasileñas a las naciones árabes, incluyendo un estimado de $ 5 mil millones en ventas de alimentos halal.
La posibilidad de reubicar la embajada, después de que el presidente Donald Trump trasladó la misión de Estados Unidos, ha preocupado a los exportadores brasileños que temen perder el acceso a los principales mercados árabes para carnes halal, que cumplen con las normas dietéticas musulmanas.
Según la Asociación Brasileña de Exportadores de Carne de Res, Brasil es uno de los principales exportadores de carne halal del mundo, y las naciones islámicas, Irán y Egipto, son sus terceros y cuartos compradores más importantes de carne vacuna.
El equipo económico de Bolsonaro y el poderoso lobby agrícola del país han desaconsejado la medida, que rompería con la postura tradicional de Brasil de apoyo a una solución de dos Estados para el conflicto palestino.
Durante la campaña electoral del año pasado, Bolsonaro declaró que Palestina no es un país y dijo que cerraría la embajada palestina en Brasilia.
Los líderes de las iglesias cristianas evangélicas de rápido crecimiento han respaldado el plan de Bolsonaro para mover la embajada.