Arabia Saudita podría abrir pronto su espacio aéreo a las compañías aéreas israelíes, lo que supondría un gran avance para los viajeros y la industria turística de Israel, en el marco de un incipiente acuerdo tripartito con Israel y Estados Unidos.
El espacio aéreo saudí ya está abierto a las compañías aéreas israelíes, pero sólo en los vuelos hacia y desde los Emiratos Árabes Unidos y Bahrein, un acuerdo realizado en el marco de los Acuerdos de Abraham. La compañía Air India ya ha recibido un permiso especial para dirigir sus vuelos hacia y desde Israel e India a través del espacio aéreo saudí.
El cambio propuesto reducirá considerablemente el tiempo de los vuelos desde Israel a una serie de destinos, reduciendo el precio de los billetes. Israel también ha pedido a Arabia Saudita que permita los vuelos directos que sirven a los peregrinos musulmanes a La Meca, pero los saudíes aún no han accedido a ello.
Sin embargo, la concesión del espacio aéreo es sólo una parte de un cambio diplomático de mucho mayor alcance.
A cambio de permitir que las aerolíneas israelíes utilicen su espacio aéreo, Israel dará luz verde a la transferencia de la soberanía sobre las islas Tirán y Sanafir del Mar Rojo de Egipto a Arabia Saudita. Las islas están deshabitadas pero tienen una ubicación estratégica, ya que controlan la entrada al Golfo de Eilat. Egipto está dispuesto a entregar las islas a cambio de ayuda saudí, y el acuerdo ya ha sido acordado en El Cairo y Riad.
Israel y Arabia Saudita mantienen desde hace años relaciones discretas y cooperan en diversos asuntos. El acuerdo, si se concluye, sacaría a la luz estas relaciones, al menos parcialmente, adelantando de hecho el proceso de normalización israelí-saudí un paso.
El príncipe heredero saudí Mohammed bin Salman (MBS) es la principal fuerza detrás de las conversaciones. En este momento, aún no puede establecer lazos bilaterales plenos con Israel, ya que su padre, el rey Salman, todavía se opone a la idea.
El acuerdo está siendo negociado por la administración estadounidense, que quiere que Arabia Saudita aumente la producción de petróleo para ayudar a frenar el aumento de los precios que ha provocado la invasión rusa de Ucrania. Sin embargo, las relaciones entre Washington y Riad son frías debido a las sanciones impuestas por EE.UU. a MBS, a quien EE.UU. culpa del asesinato del periodista saudí Jamal Khashoggi, que residía en EE.UU. y publicó artículos críticos con la familia real saudí en medios de comunicación estadounidenses.
Estados Unidos declaró a MBS persona non grata en Washington, con el acuerdo de ambos bandos políticos. MBS quiere que se eliminen las sanciones contra él y realizar una visita de Estado a Washington. Actualmente, Estados Unidos sólo está dispuesto a ofrecer un “perdón” parcial por lo que considera su papel en el asesinato de Khashoggi.