El presidente libanés, Michel Aoun, se mostró optimista el lunes sobre la posibilidad de finalizar un acuerdo con Israel sobre la frontera marítima entre ambos países, tras una semana problemática para los esfuerzos por conseguir un acuerdo.
“Esperamos completar todos los acuerdos relacionados con la señalización de la frontera marítima del sur [con Israel] dentro de unos días”, dijo Aoun durante una reunión con clérigos en Beirut.
“Las negociaciones recorrieron un largo camino y las brechas se cerraron en la última semana”, añadió, sin proporcionar información adicional.
El presidente libanés calificó el posible acuerdo como el primer paso crucial en la recuperación del Líbano de una crisis económica que ha paralizado gran parte del país durante más de tres años.
Aoun dijo el domingo, tras una llamada telefónica con el mediador estadounidense Amos Hochstein, que la parte libanesa estudiaría cuidadosamente la propuesta antes de anunciar su respuesta.
El optimismo de la parte libanesa se produce después de días de intensos desacuerdos y crecientes tensiones entre las partes a causa de las nuevas exigencias planteadas por la parte libanesa, que Israel ha rechazado.
El periódico Al-Akhbar, vinculado a Hezbolá, informó el viernes de que un funcionario libanés había dicho a Hochstein que “el Líbano no tiene intención de retractarse” de los cambios que había solicitado en el acuerdo marítimo, a pesar de las presiones ejercidas, según se informa, por la administración Biden para que abandone algunas de sus exigencias.
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Sin embargo, funcionarios libaneses no identificados citados por el medio de comunicación Al-Araby, de propiedad qatarí, dijeron el lunes que ya estaban en marcha los preparativos para un anuncio oficial de la demarcación de la frontera. Los funcionarios estimaron que ambas partes se reunirían para firmar oficialmente el acuerdo mediado por Estados Unidos en la sede de la ONU en Nueva York el 20 de octubre.
No hubo confirmación externa de tales afirmaciones.
Aunque los puntos exactos del acuerdo siguen sin confirmarse, Al-Akhbar informó el martes de que Beirut no aceptó reconocer la frontera marcada con boyas por Israel -que Jerusalén colocó unilateralmente a cinco kilómetros (3,1 millas) de la costa de la ciudad norteña de Rosh Hanikra en 2000- como frontera internacional.
No estaba claro de inmediato si alguna de las dos partes había abandonado sus exigencias sobre la cuestión.
Sin embargo, el Líbano parece estar dispuesto a cerrar un acuerdo y empezar a extraer gas con la esperanza de salir de su crisis económica, e incluso el líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah, parece respaldar las negociaciones.
Un acuerdo pondría fin a una larga disputa sobre unos 860 kilómetros cuadrados (330 millas cuadradas) del Mar Mediterráneo, que abarca los campos de gas de Karish y Qana.
El sábado, las autoridades israelíes de seguridad dieron luz verde a Energean para que empezara a probar el gasoducto de la plataforma, y se prevé que las operaciones completas comiencen en unas semanas. Israel ha insistido en que no esperará a llegar a un acuerdo, pero sólo ha permitido a Energean dar los pasos preliminares hasta ahora.
Israel y Líbano nunca han acordado demarcar su frontera en tierra, sino que han mantenido una línea de alto el fuego impuesta por la ONU, dejando así su zona económica exclusiva en alta mar en disputa. La falta de una frontera marítima no había sido un problema importante hasta hace una década, cuando se inició una bonanza de descubrimientos de gas en el Mediterráneo oriental, que podría reconfigurar el futuro económico de la región.
Tras años de estancamiento, Israel y Líbano iniciaron en 2020 conversaciones con la mediación de Estados Unidos para resolver el conflicto.