El embajador de Estados Unidos en Israel, Mike Huckabee, solicitó a las Naciones Unidas asumir “responsabilidad” por su “financiación masiva”, a la que calificó de “incompetente o corrupta”, tras la publicación de una investigación que identifica el desvío de ayuda como un problema constante en zonas de conflicto mundial. El estudio, titulado “¿Ayudando a quién? Ayuda humanitaria y la continuación de la guerra por otros medios”, fue difundido el 5 de agosto en la Red de Investigación en Ciencias Sociales (SSRN) por Netta Barak Corren y Jonathan Boxman.
Barak Corren, titular de la Cátedra Haim H. Cohn de Derechos Humanos en la Facultad de Derecho de la Universidad Hebrea de Jerusalén, y Boxman, investigador independiente en ciencias de la salud y cuantitativas, analizaron documentos de grupos humanitarios en ocho conflictos prolongados: Somalia, Afganistán, Siria, Irak, Yemen, Sudán, Etiopía y la Franja de Gaza. Su estudio señala que el modelo “la humanidad primero” facilita el desvío de ayuda, un fenómeno no excepcional sino arraigado en todas las fases del proceso.
Entre las organizaciones revisadas están UNRWA, USAID y Human Rights Watch. En Somalia, el Programa Mundial de Alimentos delegó transporte, almacenamiento y seguridad a tres clanes, que financiaban milicias armadas con ingresos de licitaciones y desviaban cerca del 30% de la ayuda destinada. En Afganistán, los talibanes aplican una tasa impositiva del 10-15% a los grupos humanitarios y desvían ayuda mediante la inserción de su personal en estas organizaciones.
El estudio documenta que, durante la guerra civil siria de 2011 a 2024, la ayuda se dirigía a zonas leales al presidente Bashar al-Assad, mientras se negaba a territorios rebeldes. Los grupos de ayuda permitían al régimen decidir las áreas seguras para la entrega. En Sudán, se registran prácticas similares bajo el concepto de “negación de ayuda a través de la burocratización” durante la guerra civil vigente.
En la Franja de Gaza, los autores señalan que UNRWA, operando desde 1949, no ha reconocido desvíos ni aplicado métodos preventivos para evitarlos. Sin embargo, el informe presenta “una gran cantidad de evidencia” sobre desvíos frecuentes. Cita un documento interno de Hamás que demanda apropiarse del 25% de la ayuda entregada para redistribución y venta, además de un impuesto del 20% impuesto a partir de 2016 a todos los bienes que ingresan a Gaza.
Los autores mencionan la implicación de algunos empleados de UNRWA en el ataque de Hamás contra el sur de Israel el 7 de octubre de 2023, lo que consideran evidencia del entrelazamiento de la agencia con Hamás, que habría permitido a este último utilizar recursos a su conveniencia. El documento concluye que el sistema actual de distribución de ayuda no resulta eficaz y debe reemplazarse por un modelo que garantice la reducción real del sufrimiento humano, acompañado de mecanismos estrictos contra el desvío.
El enfoque de la investigación se limitó a conflictos en Oriente Medio y África, sin incluir guerras recientes o pasadas en otras regiones, como la guerra en Ucrania o enfrentamientos en Europa durante finales del siglo XX y principios del XXI.