Sánchez anuncia proyecto en la ONU para detener combates en Gaza, critica a Israel y mantiene comercio de armas.
España presenta resolución en la ONU contra ofensiva israelí
El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, anunció el 7 de mayo de 2025 que España presentará un proyecto de resolución en la Asamblea general de la ONU para exigir medidas urgentes que detengan los combates en la Franja de Gaza y garanticen la entrega de ayuda humanitaria. En su intervención ante el Parlamento español, Sánchez afirmó que “la comunidad internacional no puede permanecer indiferente” ante la situación en Gaza, donde los enfrentamientos entre las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) y el grupo terrorista Hamás persisten desde el ataque del 7 de octubre de 2023, que dejó 1.200 muertos y 240 rehenes en Israel. Esta declaración se suma a una serie de posturas críticas del Gobierno español hacia Israel, liderado por una coalición de izquierda que ha PSOE y Sumar, que han generado tensiones diplomáticas con Israel.
El anuncio de Sánchez refleja una postura que el Gobierno español ha mantenido desde el inicio de la guerra, condenando los ataques terroristas de Hamás, pero también criticando la respuesta militar de Israel. En noviembre de 2023, durante una visita a Israel junto al primer ministro belga, Alexander de Croo, Sánchez expresó su preocupación por la “terrible situación” en Gaza, afirmando que “la respuesta no debe implicar la muerte de gente inocente, incluidos miles de niños”. Estas declaraciones, pronunciadas en la Knéset junto al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, provocaron una reacción airada de Israel, que las calificó de “inmorales” y acusó a miembros del Gobierno español de alinearse con el terrorismo.
El Gobierno de Netanyahu ha respondido con dureza a las críticas españolas. En diciembre de 2023, el portavoz del Ministerio de Exteriores israelí, Lior Haiat, calificó de “vergüenza moral” la postura de la ONU y de Sánchez, argumentando que un alto el fuego solo beneficiaría a Hamás. Israel también acusó a España de “premiar el terrorismo” tras el reconocimiento del Estado palestino el 28 de mayo de 2024, una medida que Sánchez defendió como un paso hacia la solución de los dos Estados, pero que Israel interpretó como un respaldo implícito a Hamás. Desde entonces, las relaciones bilaterales han alcanzado su punto más bajo, con Israel manteniendo vacante su embajada en Madrid.
La hostilidad del Gobierno español hacia Israel se ha manifestado en varias ocasiones. En octubre de 2023, la embajada israelí en Madrid emitió un comunicado condenando las “vergonzosas” declaraciones de ministros como Ione Belarra, entonces titular de Derechos Sociales, quien acusó a Israel de cometer “crímenes de guerra” y “genocidio planificado” en Gaza. Belarra, líder de Podemos, ha mantenido una postura radical, exigiendo la ruptura de relaciones diplomáticas con Israel y acusando al Gobierno español de ser “cómplice” por mantener vínculos comerciales. Estas declaraciones, según Israel, han incrementado el riesgo de incidentes antisemitas en España. El Ministerio de Exteriores español, liderado por José Manuel Albares, rechazó estas acusaciones como “falsedades” y defendió la libertad de expresión, pero no desautorizó explícitamente a Belarra.
Datos clave sobre la postura de España hacia Israel
- Reconocimiento del Estado palestino el 28 de mayo de 2024, incluyendo Gaza, Judea y Samaria y Jerusalén Este como capital.
- Suspensión de compras de armas a Israel anunciada en octubre de 2024, aunque contratos previos siguieron activos.
- Adjudicación de 46 contratos a la industria militar israelí por 1.044 millones de euros desde octubre de 2023, según críticos.
- Propuesta de conferencia internacional de paz para avanzar en la solución de los dos Estados.
- Incremento de ayuda humanitaria a Palestina, alcanzando 21,5 millones de euros en 2023, un 30% más que en 2022.
Pese a las críticas a Israel, el Gobierno español ha mantenido relaciones comerciales con la industria militar israelí, lo que ha generado contradicciones internas en la coalición. En abril de 2025, Sánchez ordenó la rescisión unilateral de un contrato de 6,6 millones de euros para la compra de 15,3 millones de balas a la empresa israelí Guardian Defense & Homeland Security, tras presiones de Sumar e Izquierda Unida. Sin embargo, informes señalan que España adjudicó 46 contratos por un total de 1.044 millones de euros a empresas israelíes desde el inicio de la guerra, lo que ha sido criticado por sectores de la izquierda como una “colaboración” con Israel. La ministra de Defensa, Margarita Robles, afirmó que no se han adquirido ni vendido armas a Israel desde el 7 de octubre de 2023, pero admitió que licencias de exportación de repuestos permanecen paralizadas, no canceladas.
Postura crítica de la izquierda española y tensiones internas
La coalición de Gobierno ha mostrado divisiones en su enfoque hacia Israel. Mientras el PSOE de Sánchez ha promovido una postura diplomática centrada en la solución de los dos Estados y el respeto al derecho internacional, socios como Sumar, Podemos e Izquierda Unida han adoptado un discurso más combativo. En octubre de 2023, Sumar exigió el reconocimiento “unilateral y urgente” del Estado palestino, mientras Izquierda Unida pidió sanciones y una auditoría de los contratos con Israel. Estas demandas han generado fricciones, como cuando Izquierda Unida amenazó con abandonar el Gobierno si no se cancelaba el contrato de munición con Israel. Sánchez optó por preservar la coalición, pero las críticas persisten.
El ministro de Derechos Sociales, Pablo Bustinduy, de Sumar, ha liderado esfuerzos para suspender todo comercio de armas con Israel, argumentando que los contratos activos violan tratados internacionales. En una carta a la ministra Robles, Bustinduy y otros ministros de Sumar pidieron la “cancelación inmediata” de las compras, calificando la situación en Gaza como un “genocidio”. Estas posturas han sido respaldadas por Podemos, que ha acusado al Gobierno de “financiar” la ofensiva israelí al permitir el tránsito de buques con material militar en puertos españoles. En mayo de 2024, España denegó la escala en Cartagena de un buque con explosivos rumbo a Israel, pero no ha prohibido otras operaciones similares, lo que ha alimentado las críticas internas.
La postura española ha sido objeto de controversia internacional. En octubre de 2024, Netanyahu acusó a Sánchez de estar “del lado equivocado de la historia” tras la cancelación del contrato de munición, mientras que Israel ha mantenido una retórica beligerante, acusando a España de tener vínculos con Hamás. Estas acusaciones se intensificaron tras los ataques israelíes a posiciones de la ONU en Líbano, donde operan 700 soldados españoles en la misión de UNIFIL. España condenó los ataques como una “grave violación del derecho internacional”, pero no escaló las medidas diplomáticas, lo que generó críticas de Sumar y Podemos por falta de contundencia.
El reconocimiento del Estado palestino y las críticas a Israel han posicionado a España como una de las voces más críticas de la Unión Europea hacia Tel Aviv. En junio de 2024, Sánchez participó en la Conferencia Internacional sobre la Respuesta Humanitaria para Gaza en Jordania, donde reiteró su apoyo a la UNRWA y exigió el cumplimiento de las medidas del Tribunal Internacional de Justicia para detener la ofensiva en Rafah. España también se sumó a una denuncia contra Netanyahu en la Corte Penal Internacional por crímenes contra la humanidad, una medida que reforzó su compromiso con la causa palestina, pero que Israel calificó de “antisemita”.
Contexto de la guerra y postura internacional
la guerra en Gaza, desencadenado por el ataque de Hamás el 7 de octubre de 2023, ha dejado más de 50.000 muertos, según cifras de organizaciones palestinas, y ha generado una crisis humanitaria sin precedentes. Israel sostiene que su ofensiva busca desmantelar la infraestructura de Hamás y liberar a los rehenes, mientras que la comunidad internacional ha instado a un alto el fuego. La ONU ha aprobado resoluciones no vinculantes, como la del 12 de diciembre de 2023, que exigió un “alto el fuego humanitario inmediato” con 153 votos a favor, aunque Israel la rechazó. España ha apoyado estas iniciativas, pero su propuesta de 2025 busca medidas más concretas para detener los combates.
A nivel europeo, España se ha diferenciado de países como Alemania, Francia e Italia, que inicialmente respaldaron sin reservas el derecho de Israel a defenderse. La Unión Europea no ha logrado consensuar un embargo de armas a Israel, lo que llevó a España a adoptar medidas unilaterales, como la suspensión de compras de armamento. Sin embargo, la continuidad de contratos previos ha generado críticas internas y externas, evidenciando las contradicciones del Gobierno español. Mientras Sánchez defiende la solución de los dos Estados como la “mejor garantía de seguridad para Israel”, sus socios de coalición han adoptado un discurso más radical, exigiendo sanciones y ruptura de relaciones, lo que ha complicado la cohesión del Ejecutivo.
El comercio de armas con Israel, aunque reducido, sigue siendo un punto de fricción. Datos de Sumar y Podemos señalan que España ha mantenido contratos con empresas como IMI Systems y Guardian LTD Israel, algunas de las cuales han suministrado equipos utilizados en Gaza. La presión de la izquierda ha forzado cancelaciones puntuales, pero la falta de transparencia en otros acuerdos ha alimentado las acusaciones de hipocresía. En paralelo, España ha incrementado su ayuda humanitaria a Palestina, destinando 4 millones de euros adicionales en 2023 y apoyando a la UNRWA, lo que refleja su compromiso con la población civil, pero no ha silenciado las críticas de quienes exigen medidas más drásticas contra Israel.