Un grupo de unos 70 exfuncionarios, diplomáticos y militares estadounidenses pidió el miércoles al presidente Joe Biden que advierta a Israel de las “graves consecuencias” a las que se enfrentará si continúa negando los derechos civiles y las necesidades básicas a los árabes palestinos, así como por ampliar la actividad de asentamientos en Judea y Samaria.
Según una carta abierta citada por Reuters, el colectivo expresó que “Estados Unidos debe estar preparado para dar pasos concretos para oponerse” a tales acciones, incluyendo “restricciones en la provisión (de ayuda estadounidense a Israel) consistentes con la ley y la política de Estados Unidos”.
La carta estaba firmada por más de una docena de ex embajadores, así como por otros funcionarios retirados del Departamento de Estado, el Pentágono, los servicios de inteligencia y la Casa Blanca, entre ellos Anthony Lake, asesor de seguridad nacional del expresidente Bill Clinton.
El grupo reconocía que una operación militar israelí contra Hamás era “necesaria y justificada”, pero criticaba que las operaciones de Israel han violado repetidamente el derecho internacional que prohíbe la matanza indiscriminada y el uso de armas que no discriminen entre combatientes y civiles.
La carta subrayaba que “decenas de miles de civiles de Gaza han muerto, la mayoría mujeres y niños”, y afirmaba que “matanzas de civiles de esta naturaleza y magnitud no pueden justificarse”.
Además, apoyaron la petición de Biden de una tregua inmediata de al menos seis semanas, el establecimiento de un sistema fiable de entrega de ayuda humanitaria y la liberación de los rehenes.
Este llamamiento se produce en un momento de crecientes tensiones entre la administración Biden y el gobierno israelí. Aunque Biden apoyó inicialmente la operación israelí en Gaza, su postura se ha vuelto más crítica últimamente.
En una entrevista reciente con MSNBC, Biden describió una invasión israelí de Rafah como una línea roja, aunque señaló que cruzarla no daría lugar a medidas punitivas contra Israel, afirmando: “Es una línea roja, pero nunca voy a abandonar a Israel. La defensa de Israel sigue siendo crítica, así que no hay una línea roja en la que vaya a cortar todas las armas”.
Jake Sullivan, Consejero de Seguridad Nacional, intentó más tarde matizar estos comentarios, afirmando que “el presidente no hizo ninguna declaración, pronunciamiento o anuncio. La línea roja surgió en una pregunta a la que estaba respondiendo.
Creo que dio una respuesta completa”, según declaró a los periodistas. A pesar de los informes de Politico que sugerían que Biden podría considerar condicionar alguna ayuda militar futura a Israel en caso de una campaña significativa en Rafah, Sullivan calificó estas historias y otras similares de “especulación desinformada”.