La semana pasada, una reunión entre el jefe del ejército israelí, Aviv Kohavi, y el inspector general de las Fuerzas Armadas Reales de Marruecos, Belkhir El Farouk, reforzó los lazos militares entre ambos países. Según un comunicado hecho público tras la visita sin precedentes del jefe del ejército israelí al reino norteafricano, se discutió la cooperación militar, “tanto en ejercicios como en entrenamiento”, además de la colaboración operativa y de inteligencia.
Unas semanas antes de la visita de Kohavi, la ministra del Interior de Israel, Ayelet Shaked, se reunió con su homólogo marroquí para discutir objetivos de colaboración no militares. En 2020, Israel y Marruecos restablecieron sus lazos oficiales tras un paréntesis de casi veinte años como parte de la serie de acuerdos de paz de los Acuerdos de Abraham.
Marruecos mantiene el parentesco con Israel
Aunque la firma de los acuerdos fue histórica y monumental para los lazos entre Marruecos e Israel, ambos países comparten una larga historia de relaciones no oficiales. El reino norteafricano alberga el mayor número de judíos del mundo árabe, y sólo por esta razón siempre ha estado intrínsecamente vinculado al Estado israelí. Más de un millón de israelíes están hoy directamente vinculados a Marruecos. Tras la fundación de Israel en 1948, un gran número de judíos marroquíes emigró a más de 3.000 kilómetros de distancia hacia el Estado judío.
Décadas de operaciones encubiertas entre Israel y Marruecos comenzaron oficialmente en 1961, cuando Israel se vio envuelto en un intento de golpe de Estado político. El entonces rey de Marruecos, Hassan II, era nuevo en el trono y su poder era inestable. Con el fin de cultivar buenas relaciones con Hassan II, los agentes israelíes se enteraron de un complot para derrocarlo, planeado por el entonces líder de la oposición Mehdi Ben Barka, que revelaron al Rey. Antes del reinado de Hassan, no se permitía a los judíos emigrar. Los judíos marroquíes tuvieron que ser sacados de contrabando del reino norteafricano por agentes del Mossad durante más de una década. Sin embargo, después de que Israel se ganara la simpatía de Hassan II tras el golpe de estado planeado, el rey permitió la emigración masiva de la población judía de Marruecos.
Las relaciones israelo-marroquíes se extendieron al ámbito militar en los años siguientes. En un informe publicado por el Instituto Israelí de Políticas Exteriores Regionales, “Marruecos e Israel firmaron un acuerdo de armas giratorio (a través de Irán)”. Como parte de este acuerdo, “aviones Mystere y tanques de fabricación francesa llegaron desde Israel a Marruecos para ayudar en la guerra contra Argelia, que recibió ayuda egipcia”. En 1967, la cooperación marroquí-israelí y el intercambio de información contribuyeron en parte a la victoria del Estado judío sobre sus vecinos árabes durante la Guerra de los Seis Días.
Dos años antes del estallido de la guerra, el rey Hassan pareció devolver lo que la inteligencia israelí le proporcionó en relación con el intento de golpe de Estado de 1961. El rey marroquí facilitó a Israel unas grabaciones que mostraban una reunión clave entre líderes árabes en la que se discutían los preparativos para la guerra contra Israel. Según The Times of Israel, “Esa reunión no sólo reveló que las filas árabes estaban divididas -se produjeron acaloradas discusiones, por ejemplo, entre el presidente de Egipto Gamal Abdel-Nasser y el rey de Jordania Hussein- sino que las naciones árabes estaban mal preparadas para la guerra”.
El resultado de la Guerra de los Seis Días de 1967 sería sin duda diferente si el Estado judío no hubiera recibido esa información crítica del rey Hassan II. Finalmente, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) lanzaron un ataque preventivo y eliminaron la mayor parte del arsenal de aviones de combate de Egipto antes del inicio de la guerra.
Casi una década después de la Guerra de los Seis Días, el reino norteafricano contribuyó poderosamente a promover el diálogo entre Israel y Egipto, lo que condujo a los Acuerdos de Camp David. Aunque la cooperación israelo-marroquí se prolongó durante décadas, a lo largo del reinado de Hassan II, y abarcó los ámbitos militar, político y social, los dos países experimentarían un cese de relaciones tras la muerte del rey marroquí a finales de la década de 1990. En 2000, el nuevo rey de Marruecos cortó los lazos con Israel tras el estallido de la segunda intifada palestina.
Renovación de las relaciones entre antiguos aliados
Veinte años más tarde, la serie de acuerdos de paz sin precedentes negociados por la administración Trump volvería a alinear al reino norteafricano y al Estado judío. Los Acuerdos de Abraham, que llevan el nombre del padre de las religiones monoteístas que se fundaron en Oriente Medio -el judaísmo, el islam y el cristianismo-, siguen teniendo un profundo impacto en la región. Aunque Israel y Marruecos mantuvieron estrechos lazos “no oficiales” durante décadas, la firma de los Acuerdos de Abraham supuso la primera vez que un país árabe aceptaba mantener relaciones diplomáticas plenas con Israel desde 1979.
Tras el resurgimiento de los lazos marroquíes-israelíes, que fue posible gracias a los acuerdos, varias visitas y eventos importantes han puesto de manifiesto el fortalecimiento de la relación entre ambos países. En 2021, el ministro de Defensa de Israel, Benny Gantz, firmó un memorando de entendimiento con su homólogo marroquí durante una visita a Rabat. El MOU formalizó los lazos de defensa entre Israel y Marruecos, un paso en la dirección correcta para ambos países. Este año, el Comando de África de Estados Unidos (AFRICOM) y las Fuerzas Armadas Reales de Marruecos (FAR) participaron en el mayor ejercicio anual realizado por ambos ejércitos en África, según The Jerusalem Post. Las maniobras militares “León Africano 2022” constituyeron también un importante esfuerzo para mejorar los lazos entre Marruecos e Israel.
El reciente viaje del jefe del ejército israelí, Avivi Kohavi, a Rabat es el último ejemplo de colaboración entre Marruecos e Israel que ha sido posible gracias al resultado de los Acuerdos de Abraham. Se espera que el aumento de los lazos entre ambos países, concretamente en el ámbito militar, se materialice en un futuro próximo.