El primer ministro israelí, Yair Lapid, partió el domingo hacia Alemania para asistir a una serie de reuniones de alto nivel en las que expondrá los últimos argumentos en contra de la renovación del acuerdo nuclear de Irán.
Lapid partió del aeropuerto Ben Gurion con destino a Berlín, donde se reunirá el lunes con el presidente alemán Frank-Walter Steinmeier, el canciller Olaf Scholz y la ministra de Asuntos Exteriores Annalena Baerbock.
Los supervivientes del Holocausto que viajen con el primer ministro se reunirán con Steinmeier y Lapid en el Centro de Conferencias de Wannsee.
El tema principal de la cumbre será el programa nuclear iraní, pero las dos partes también tienen previsto hablar de los lazos bilaterales, los vínculos entre Israel y la UE, la seguridad energética y el conflicto de Ucrania. Durante el viaje también se anunciará un acuerdo sobre un intercambio de estudiantes.
Lapid declaró al comienzo de la reunión semanal del gabinete el domingo que el propósito de la visita era “coordinar las posiciones sobre el programa nuclear iraní y ultimar los detalles de un documento de cooperación estratégica, económica y de seguridad que estamos a punto de firmar con ellos”.
Lapid también expresó su agradecimiento a Alemania, Francia y el Reino Unido por haber emitido una declaración el día anterior en la que expresaban “serias dudas” sobre la sinceridad de Irán en su búsqueda de un acuerdo nuclear.
Desde el mes anterior, los mediadores europeos parecían haber avanzado en el restablecimiento del acuerdo nuclear de 2015 después de que Irán aceptara una propuesta de borrador final. Sin embargo, la probabilidad de que esto ocurra disminuyó tras la respuesta de Estados Unidos, que llevó a Irán a emitir una nueva demanda para que el Organismo Internacional de Energía Atómica ponga fin a su investigación sobre varios emplazamientos nucleares no declarados.
Esta última exigencia plantea serias dudas sobre las intenciones y el compromiso de Irán con el éxito del Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA, por sus siglas en inglés), dijeron Francia, Alemania y Gran Bretaña en una declaración conjunta el sábado.
El paquete final presentado a Teherán llevó a los países europeos “al límite de su flexibilidad”, como lo expresaron los europeos.
Concluyeron que “en lugar de ello, Irán sigue intensificando su programa nuclear mucho más allá de cualquier razón civil posible”, y añadieron que “lamentablemente, Irán ha decidido no aprovechar esta oportunidad diplomática vital”.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Irán consideró la declaración europea como “poco constructiva” y “lamentable”.
Durante su conferencia de prensa del domingo, Lapid señaló: “Agradezco a Francia, Gran Bretaña y Alemania su clara posición sobre el problema. Hemos mantenido una conversación tranquila pero acalorada con ellos en los últimos meses, y les hemos dado la información más reciente sobre la actividad de las instalaciones nucleares iraníes”.
Según el primer ministro, él, junto con su adjunto, Naftali Bennett, y el ministro de Defensa, Benny Gantz, han estado llevando a cabo “un exitoso esfuerzo diplomático para hacer descarrilar el acuerdo nuclear y evitar la eliminación de las sanciones a Irán”.
No se acaba hasta que se acaba. Según Lapid, “hay un largo camino por delante, pero hay indicadores positivos”.
Como informó el Jerusalem Post el domingo por la mañana, un alto funcionario israelí ha declarado que Jerusalén no espera que Irán y las potencias mundiales vuelvan a su acuerdo nuclear antes de las elecciones de mitad de período en Estados Unidos en noviembre.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, es partidario de retomar el acuerdo. A cambio de severos límites a su programa nuclear, el acuerdo propuesto permitiría a Irán volver a entrar en el mercado mundial del petróleo libre de sanciones.