El primer ministro Benjamin Netanyahu sostuvo una reunión el jueves en Jerusalén con el enviado especial de Estados Unidos, Steve Witkoff, para tratar la guerra en Gaza y el estancamiento de las negociaciones sobre los rehenes. De forma paralela, el presidente estadounidense Donald Trump instó públicamente a Hamás a rendirse para facilitar el fin de la crisis humanitaria en la Franja.
La Oficina del primer ministro difundió imágenes del encuentro entre Netanyahu y Witkoff, sin entregar detalles sobre el contenido del diálogo. Ambos, junto con Trump, atribuyeron la paralización de las negociaciones a la postura de Hamás frente a los mediadores de Estados Unidos, Qatar y Egipto. Pese a ello, se prevé que Witkoff insista ante Netanyahu en la necesidad de aceptar concesiones que permitan reactivar el proceso.
Tras el retiro de los delegados israelíes de las conversaciones en Doha la semana anterior, representantes estadounidenses e israelíes anunciaron la exploración de nuevas vías para lograr el regreso de los 50 rehenes aún retenidos en Gaza, entre ellos 20 que se presume siguen con vida.
Una de las propuestas examinadas contempla la anexión de ciertas zonas del enclave palestino. Esta medida, si se formaliza, requeriría para su revocación el respaldo de 80 diputados en la Knéset o la convocatoria de un referéndum nacional, conforme a la legislación israelí vigente.
De acuerdo con el sitio Ynet, el itinerario de Witkoff incluye una visita a Gaza, donde tiene previsto inspeccionar los puntos de entrega de ayuda gestionados por la Fundación Humanitaria de Gaza (GHF), institución con apoyo de Estados Unidos e Israel. Esta organización ha enfrentado críticas por la ineficiencia de sus operaciones para aliviar la emergencia humanitaria en la zona.
La visita de Witkoff marcaría su segundo ingreso a Gaza en 2025, tras su paso por el área del Corredor Netzarim en enero, ocasión en la que se convirtió en el funcionario estadounidense de más alto nivel en ingresar al enclave en más de diez años.
Entre marzo y mayo, Israel bloqueó completamente la entrada de ayuda humanitaria a Gaza y luego canalizó la distribución a través de la GHF, creada para impedir el desvío de recursos a Hamás. No obstante, los centros de esta organización han sido escenario de tiroteos casi diarios por parte de las FDI contra civiles, calificados por el ejército como acciones de control letal de multitudes.
El Ministerio de Salud de Gaza, bajo control de Hamás, reporta más de 1.000 muertes cerca de los centros de GHF. Israel rechaza esa cifra y la califica de exagerada. En paralelo, el jueves, Trump reiteró su exigencia de que Hamás se rinda y libere a los 50 rehenes, incluidos 49 secuestrados durante la masacre del 7 de octubre de 2023 y un soldado israelí muerto en 2014 cuyo cuerpo permanece en poder del grupo.
“La forma más rápida de poner fin a la crisis humanitaria en Gaza es que Hamás se rinda y libere a los REHENES!!”, escribió Trump en su cuenta de Truth Social. La declaración contrastó con sus comentarios anteriores de esa semana, en los que manifestó dudas sobre las afirmaciones israelíes de que no hay hambre en Gaza y sugirió que Israel podía facilitar más la llegada de alimentos.
Israel sostiene que no existe hambruna generalizada en la Franja y argumenta que las imágenes difundidas corresponden a casos aislados o manipulados. A pesar de ello, el gobierno implementó pausas diarias de 10 horas en los combates en extensas zonas del enclave y aumentó el volumen de ayuda humanitaria por vía terrestre y aérea.
Israel niega haber utilizado el hambre como herramienta de guerra y responsabiliza a la ONU y a otras agencias por no recoger ni distribuir los suministros entregados en los puntos fronterizos de Gaza. Mientras tanto, el ministro de Relaciones Exteriores de Francia, Jean-Noel Barrot, exigió el cese de operaciones de la GHF, al señalar que la militarización de la ayuda ha derivado en numerosas muertes.
“Quiero pedir el cese de las actividades de la Fundación Humanitaria de Gaza, la distribución militarizada de ayuda humanitaria que ha generado un baño de sangre en las líneas de distribución en Gaza, que es un escándalo, que es vergonzoso, y tiene que parar”, declaró Barrot tras su encuentro con su homólogo chipriota en Nicosia.
Estas declaraciones se produjeron mientras varios gobiernos europeos analizaban mecanismos para ejercer presión diplomática sobre Israel con el objetivo de poner fin a la guerra y mitigar el colapso humanitario en Gaza. Algunos países han adelantado su disposición a reconocer de forma unilateral un Estado palestino.
La guerra comenzó el 7 de octubre de 2023, cuando Hamás lideró un ataque masivo contra comunidades del sur de Israel, donde fueron asesinadas unas 1.200 personas y secuestrados 251 rehenes. Según Hamás, más de 60.000 personas han muerto o se presume muertas en Gaza desde el inicio de la guerra, cifra que no ha podido verificarse. Israel informó hasta enero haber matado a unos 20.000 combatientes en combates en Gaza y a otros 1.600 terroristas en suelo israelí ese mismo día.
Israel afirma que intenta reducir al mínimo las muertes de civiles y denuncia que Hamás combate desde zonas habitadas, como viviendas, hospitales, escuelas y mezquitas. Las bajas israelíes en la ofensiva terrestre y en las operaciones militares en torno a Gaza ascienden a 459.