Polonia enviará a su embajador designado para que presente su carta de credencial en los próximos días, según comunicó el lunes el líder polaco Andrzej Duda al presidente Isaac Herzog, en lo que supone el mayor indicio de que los dos países están superando un amargo enfrentamiento diplomático de un año de duración.
Su llamada telefónica, durante la cual Herzog solicitó el regreso de un enviado polaco, forma parte de una iniciativa conjunta de meses con el Ministerio de Asuntos Exteriores, según la oficina del presidente.
Los dos dirigentes hablaron en inglés.
“Ambos presidentes expresaron su esperanza de que cualquier asunto futuro entre Polonia e Israel se resuelva a través de un diálogo sincero y abierto y en un espíritu de respeto mutuo”, decía un comunicado del portavoz de Herzog.
Polonia forma parte del Grupo de Visegrado, de cuatro miembros, un bastión de apoyo a Israel dentro de la Unión Europea. El grupo Polonia-Israel en el parlamento polaco es el mayor grupo de este tipo en la legislatura, con 127 de los 460 diputados del grupo.
Sin embargo, los dos antiguos aliados están enfrentados desde el año pasado. En julio de 2021, el poder legislativo polaco aprobó una ley que impide cualquier restitución futura a los herederos de los bienes confiscados por los nazis durante el Holocausto. En respuesta a la legislación, firmada por Duda, el ministro de Asuntos Exteriores Yair Lapid la calificó de “antisemita e inmoral”.
Israel llamó a su enviado a Varsovia para realizar consultas al mes siguiente. Lapid aconsejó al embajador de Polonia en Israel que permaneciera de vacaciones en su país, y dio instrucciones al nuevo embajador de Israel en Polonia, Ya’acov Livne, para que permaneciera en Israel.
Desde entonces, las dos partes han rebajado lentamente las tensiones. Livne asumió su cargo en Varsovia en febrero para coordinar los esfuerzos israelíes para sacar a los ciudadanos de Ucrania y proporcionar ayuda a Kiev. Dos legisladores polacos visitaron la Knesset en junio, los primeros en hacerlo desde 2017.
La invasión rusa de Ucrania está haciendo que los dos países vuelvan a unirse, dijo el mes pasado el diputado polaco Marek Rutka a The Times of Israel.
Sin embargo, los desacuerdos persisten. El mes pasado, Israel canceló los viajes educativos a Polonia para miles de estudiantes de secundaria este verano, acusando al gobierno polaco de intentar controlar el plan de estudios del Holocausto que se enseña a los niños israelíes.
El gobierno polaco quiere que se establezcan normas formales para regular las condiciones en las que los escolares israelíes realizan las visitas de estudio del Holocausto al país, incluida la presencia de guardias israelíes armados, según declaró en junio el viceministro de Asuntos Exteriores, Marcin Przydacz.
Przydacz dijo que los jóvenes israelíes estaban recibiendo una “imagen negativa” de Polonia debido a los guardias armados que acompañan a los grupos de jóvenes, a que las visitas se centran únicamente en el Holocausto y a la falta de contacto con los jóvenes polacos.
Seis millones de judíos, incluidos casi todos los aproximadamente 3 millones de judíos de Polonia, fueron asesinados por los nazis y sus colaboradores durante el Holocausto, y los principales campos de exterminio nazis estaban en Polonia.
Además, los investigadores del Holocausto han recogido numerosas pruebas de aldeanos polacos que asesinaron a judíos, o de chantajistas polacos que se aprovecharon de judíos indefensos para obtener beneficios económicos.
Sin embargo, algunos miembros de la resistencia y del gobierno polaco en el exilio advirtieron al mundo sobre la matanza de judíos por parte de los nazis, y miles de polacos arriesgaron sus vidas para ayudar a los judíos.
Estas narrativas enfrentadas han sido una fuente de gran tensión entre Israel y Polonia en los últimos años.