El senador republicano por Arkansas Tom Cotton arremetió el miércoles contra los demócratas por sus ataques contra el primer ministro Benjamin Netanyahu.
Señalando que “hay un líder extranjero para el que el Partido Demócrata parece reservar un desprecio especial”.
Cotton destacó que destacados demócratas han calificado al primer ministro israelí de “reaccionario”, “racista” y “etnonacionalista”, y le han acusado también de cometer “crímenes de guerra” y de dirigir un “Estado de apartheid”.
Cotton también arremetió contra el presidente Joe Biden por llamarle “extremista” y dijo que no están de acuerdo en “nada”.
“¿Estaban los demócratas hablando de Vladimir Putin? ¿O de Xi Jinping? ¿O quizás al ayatolá Jamenei? No, se referían a Benjamin Netanyahu, el primer ministro israelí que más tiempo lleva en el cargo y uno de los mejores amigos de Estados Unidos”, dijo Cotton en un comunicado en su página web.
“Una vez más, estos demócratas han demostrado su tendencia a mimar a nuestros enemigos y condenar a nuestros amigos”, añadió.
Les acusó de no detenerse “en las meras palabras”.
“Están trabajando ahora mismo para socavar a Bibi y a su Gobierno”, alegó.
Cotton apuntó a un informe del Washington Free Beacon según el cual el Departamento de Estado está canalizando dinero de los contribuyentes a los opositores internos de Netanyahu. Desde 2020, el Estado ha enviado más de 38.000 dólares a algo conocido como el “Movimiento por un Gobierno de Calidad” para la llamada “educación demócrata”.
“Entonces, ¿qué es el Movimiento por un Gobierno de Calidad y qué tan buena es esta “educación democrática”? Este «movimiento» es un grupo activista que está fomentando el malestar contra el gobierno israelí y exigiendo la dimisión de Netanyahu”, dijo Cotton. “En los últimos días, manifestantes de izquierdas asociados a este grupo han protestado contra las reformas judiciales propuestas por el gobierno. La semana pasada, cientos de manifestantes acosaron a la esposa de Netanyahu, obligando a la policía a intervenir y escoltarla a un lugar seguro”.
Cotton también criticó al secretario de Estado Tony Blinken y a algunos senadores demócratas por no permanecer neutrales en los asuntos domésticos de Israel, con Blinken sermoneando a Netanyahu “sobre las reformas judiciales en su cara, poniéndose tácitamente del lado de los manifestantes”.
“El Departamento de Estado ni siquiera niega que esté canalizando dinero a estas actividades izquierdistas”, dijo Cotton. “Lo que es preocupante, porque es una clara violación de la política habitual del Departamento de Estado contra la financiación de organizaciones partidistas extranjeras. Esta organización financiada por Estados Unidos no solo está subvirtiendo a un gobierno extranjero, sino que está subvirtiendo al gobierno de uno de nuestros aliados más cercanos. El secretario Blinken debería disculparse inmediatamente ante el primer ministro de Israel, exigir la devolución del dinero y abrir una investigación sobre cómo ha sucedido esto”.
Según Cotton, el Partido Demócrata lleva más de 25 años “entrometiéndose en la democracia israelí para socavar a Benjamin Netanyahu”.
Señaló que “según admitió él mismo, el presidente Bill Clinton intervino en las elecciones israelíes de 1996 para apoyar al oponente de Netanyahu, Shimon Peres. Clinton se reunió con Peres, envió a sus propios asesores de campaña, ofreció cambios de política a Israel, todo para que Peres cruzara la línea de meta. Sin embargo, Netanyahu se impuso” y que Clinton volvió a intervenir en las elecciones de 199, enviando asesores políticos a Ehud Barak.
Cotton denunció que “el Departamento de Estado de Obama fue, en todo caso, peor que el de Clinton, canalizando cientos de miles de dólares de sus impuestos a un grupo llamado OneVoice Movement. No por casualidad, OneVoice se asoció con una organización que emitía anuncios contra Netanyahu y que estaba asesorada por, lo han adivinado, un alto operativo de la campaña de Obama”.
“Por supuesto, los demócratas insistirán en que son inocentes de estas acusaciones y que no se están entrometiendo en la democracia de Israel. Pero los israelíes saben la verdad. La intromisión de Obama fue tan generalizada que un asombroso 62 % de los israelíes pensaban que estaba interfiriendo”, señaló Cotton.
Acusó a Biden de “simplemente seguir los pasos de Obama intentando sabotear a Netanyahu”.
Destacó que “en 2021, el gobierno de Biden habría presionado a los Emiratos Árabes Unidos para que cancelaran una Cumbre de los Acuerdos de Abraham, todo para privar a Netanyahu de una victoria diplomática antes de las elecciones de ese año. Y después de que Netanyahu ganara las elecciones de 2022, la administración Biden trató inmediatamente de socavar su gobierno de coalición intentando vetar nombramientos clave del gabinete”.
Cotton afirmó que, por tanto, la polémica más reciente “no es una aberración. Es la política de facto del Partido Demócrata… para derrotar a Netanyahu” que, según él, se viene aplicando desde hace un cuarto de siglo.
“Es una prueba más del viejo dicho de que, si bien es peligroso ser enemigo de Estados Unidos, puede ser fatal ser amigo de Estados Unidos, al menos cuando los demócratas están al mando”, afirmó Cotton.
Y continuó: “En lugar de intentar derrocar al gobierno democráticamente elegido de Israel, yo sugeriría que deberíamos apoyarlo. Los israelíes son más que capaces de gestionar sus asuntos internos sin la intromisión demócrata. Pero necesitan nuestra ayuda para impedir que Irán consiga una bomba nuclear, necesitan nuestra ayuda para lograr la paz con sus vecinos y necesitan nuestra ayuda para derrotar a los terroristas que amenazan a nuestras dos naciones”.
“Sin embargo, tampoco reciben eso de la administración Biden. Irán avanza a toda velocidad hacia un estallido nuclear mientras el presidente vacila. Su administración apenas puede pronunciar las palabras «Acuerdos de Abraham». Y el presidente Biden está infringiendo la ley estadounidense para subvencionar el apoyo de la Autoridad Palestina al terrorismo”, declaró Cotton.
Exigió que el gobierno de Biden deje de tratar a Netanyahu como si fuera “un rival o incluso un adversario y empiece a tratarlo como lo que es: un héroe de guerra, un patriota valiente, una figura destacada del Israel moderno y, lo que es más importante para nosotros, un gran amigo de Estados Unidos”.