Los procedimientos de autorización del avión oficial del primer ministro de Israel han concluido y la aeronave ha recibido la aprobación de aptitud para volar durante 12 meses. El Boeing 767, llamado Ala de Sión, se encargó cuando Benjamin Netanyahu era primer ministro para que sirviera tanto al presidente como al primer ministro en sus visitas de Estado al extranjero.
Se han invertido cientos de millones de shekels en el proyecto y en los últimos meses la Comisión de Asuntos Exteriores y Defensa de la Knesset ha aprobado gastos adicionales. En la actualidad, el avión, polémico por su gran coste, permanece en la pista hasta que el primer ministro Naftali Bennett y el primer ministro suplente Yair Lapid decidan si lo ponen en servicio.
La reconfiguración y renovación de la aeronave, de 20 años de antigüedad, para que sirva a los dirigentes del Estado se completó en agosto. Ahora, la finalización del procedimiento de autorización obligará a Bennett a decidir si vende el avión, lo deja en tierra o lo utiliza. Esta última opción podría acarrear importantes críticas a Bennett, ya que el proyecto está muy relacionado con su predecesor.
En el pasado, Lapid se ha opuesto sistemáticamente al uso del avión y, al parecer, ha dicho que quiere venderlo. Bennett no ha hecho ningún comentario al respecto, ni siquiera ha insinuado si tiene intención de utilizar el avión. Bennett tendrá la última palabra, aunque el avión también afectará a las visitas de Estado a todo el mundo del presidente Isaac Herzog.
Tras la publicación por parte de Globes de que el Ala de Sión está lista para el servicio, el coordinador de la oposición MK Yariv Levin (Likud) presentó dos preguntas para Bennett. En primer lugar, ¿piensa el primer ministro utilizar el avión a partir de ahora para vuelos oficiales? Y si la respuesta a la primera pregunta es no, ¿cuál es el coste de cada uno de los vuelos oficiales al extranjero y cuáles son las pérdidas para el Estado de Israel por no utilizar el avión?
El portavoz de Bennett dijo que el primer ministro todavía no se ha formado una posición al respecto.