El gobierno de Israel ha anunciado una «reforma integral» en la política de cannabis medicinal, con una serie de cambios que afectarán tanto a los consumidores como a los cultivadores y a la regulación del sector en general.
Resumen de la reforma propuesta
La reforma presentada tiene como objetivo reducir la regulación existente, mejorar la supervisión de la producción y trasladar más responsabilidad a los cultivadores de cannabis. Además, pretende acelerar la investigación y la innovación en este campo, permitiendo una mayor agilidad en el proceso de exportación y los ensayos clínicos para nuevos usos de diversos tipos de marihuana medicinal.
El Ministerio de Sanidad también busca eliminar las restricciones al tratamiento del cannabis como último recurso, sin la necesidad de un tratamiento previo con opiáceos. Asimismo, facilitará la prórroga de las licencias médicas de los usuarios en caso de retrasos burocráticos.
Un cambio notable en la reforma es la redefinición de las «drogas peligrosas» y la referencia al CBD (cannabidiol), con una posible alteración en la «Ordenanza sobre drogas peligrosas» en relación con el THC (tetrahidrocannabinol) si la concentración es superior al 0,3% a partir de febrero de 2024.
Reacción de la comunidad y grupos religiosos
La respuesta a la reforma ha sido mixta. Incluso algunos grupos judíos ortodoxos y ultraortodoxos se han pronunciado a favor de la despenalización y la aceptación del cannabis medicinal, citando que la Halajá permite el uso de elementos naturales que favorezcan la salud.
No obstante, hubo excepciones, como el ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, jefe del Partido Sionista Religioso, que no se pronunció a favor. Además, algunos consumidores de cannabis medicinal expresaron escepticismo, mientras que otros manifestaron que había que darle una oportunidad a la reforma.
Se espera que a partir de diciembre de este año se dé inicio a la prescripción por un médico especialmente formado de 10 etiquetas de cannabis medicinal aprobadas en la normativa.
El impacto en los usuarios y cultivadores
Actualmente, hay unos 100.000 pacientes israelíes con licencia para consumir cannabis medicinal para tratar enfermedades como cáncer, Crohn, esclerosis múltiple, Parkinson, demencia, epilepsia, autismo y trastorno por estrés postraumático.
La reforma podría tener un impacto significativo en la accesibilidad y en los negocios de los cultivadores, que han denunciado que la excesiva regulación estatal estaba afectando sus operaciones.
La iniciativa del Ministerio de Sanidad parece apuntar a una liberalización del sector, con un énfasis en la mejora de la supervisión y la aceleración de la investigación y la innovación. Sin embargo, el éxito de esta reforma y su aceptación por parte de todos los involucrados aún está por verse.