La Unión Europea muestra cautela frente a la reciente prohibición de Estados Unidos sobre inversiones en el sector tecnológico chino, delineando su propia estrategia.
Respuesta europea a la orden ejecutiva de EE. UU.
Después de que la Casa Blanca, bajo el mandato de Joe Biden, emitiera una orden limitando inversiones en áreas tecnológicas chinas por potenciales “riesgos de seguridad nacional”, la UE sostiene que no seguirá este enfoque de inmediato.
En vez de ello, se espera que Bruselas presente propuestas a finales de año centradas en gestionar riesgos de inversiones en el extranjero. La interdependencia económica con China es una de las principales razones que respaldan esta decisión diferenciada de Europa.
Francia, Alemania y otros países han mostrado escepticismo hacia la iniciativa de control estricto de inversiones, argumentando que su relación económica con China es más intrincada que la de EE. UU.
Posición y precauciones de la Comisión Europea
En junio, la Comisión Europea expresó su compromiso con el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales. Su objetivo es prevenir avances tecnológicos que puedan potenciar las capacidades militares y de inteligencia de actores potencialmente perjudiciales.
El cuerpo diplomático de la UE ha subrayado la importancia de una evaluación detallada antes de implementar herramientas restrictivas, considerando el posible impacto en las empresas del bloque.
Las distintas estructuras económicas entre la UE y EE. UU., como la menor presencia de capital riesgo en Europa, también juegan un papel en la toma de decisiones.
Tensiones y retos comerciales con China
El auge de las restricciones emerge en un contexto de creciente preocupación sobre el acceso chino a tecnologías cruciales en defensa y digitales, así como su dominio en cadenas de suministro relevantes para la transición ecológica.
La UE ha sido más conservadora en limitar las inversiones en China en comparación con EE. UU., optando por una política de “de-risking”. El Reino Unido, similarmente, ha mostrado una postura mesurada.
Naciones como Francia y Alemania buscan equilibrar la relación económica con China, y al mismo tiempo, mantener cautela sobre tecnologías esenciales.
Participación activa de Alemania
Tras la acción de Biden, el Ministerio de Economía alemán aseguró su intervención activa en las discusiones europeas para definir el enfoque adecuado hacia China.
Postura alemana ante inversiones y relación con China
Berlín recalca la necesidad de coordinarse con aliados para impedir que la tecnología avance en la capacidad militar de Pekín que comprometa la seguridad global. Enfatiza que se deben establecer estrategias para contrarrestar riesgos de inversiones en el exterior.
El gobierno alemán ha enfrentado retos al definir una postura hacia China, su principal socio comercial. Mientras el canciller Olaf Scholz se inclina por la prudencia, la coalición de los Verdes, encargados de la política exterior y economía, adopta una postura más firme.
No ha habido comentarios del Palacio del Elíseo ni del Ministerio de Finanzas francés sobre la decisión de EE. UU.
Iniciativas francesas hacia relaciones con China
El presidente francés, Emmanuel Macron, visitó Pekín en abril, llevando consigo altos ejecutivos buscando fortalecer lazos económicos. Macron intenta disminuir la dependencia francesa en áreas críticas como semiconductores y baterías eléctricas.
Bruno Le Maire, ministro francés de Economía, evitó discutir las restricciones de EE. UU. durante su visita a China en julio, y destacó que Francia no apoya la separación de cadenas de suministro mundiales debido a su alto costo económico.
La inversión directa de la UE en China ha alcanzado más de 140.000 millones de euros en dos décadas.