A diferencia de las grandes empresas europeas, la estadounidense Chevron no tiene planes de reducir su negocio de petróleo y gas para invertir en energía solar o eólica, dijo el jueves el director financiero Pierre Breber en una conferencia de Reuters.
Los accionistas han aumentado la presión sobre las mayores empresas públicas del mundo -incluida Chevron- para que empiecen a preparar sus negocios para obtener beneficios en la transición energética. La mayoría de las grandes petroleras y gasistas europeas se han comprometido a convertirse en empresas de energía neta cero para 2050 y a invertir cantidades crecientes de dinero en soluciones de energía renovable y baja en carbono.
En Chevron, el 61% de los accionistas respaldó en la junta general anual del mes pasado una propuesta para que la empresa redujera sus emisiones de alcance 3, las generadas por el uso de sus productos, desairando al consejo de administración, que había instado a los accionistas a rechazarla.
Chevron invertirá en tecnología para reducir las emisiones de sus operaciones, en lugar de invertir en fuentes de energía renovables como la eólica o la solar, según el director financiero Breber.
La empresa estadounidense tiene previsto invertir unos 3.000 millones de dólares en tecnología y acciones de reducción de emisiones hasta 2028, dijo Breber en la conferencia Reuters Events Global Energy Transition. De la inversión prevista, Chevron invertirá 2.000 millones de dólares para reducir las emisiones de su producción y otros 750 millones para producir combustibles renovables como el gas natural renovable, señaló Breber.
En su reunión anual de inversores celebrada en marzo, Chevron dijo que reduciría la intensidad del carbono en un 35% para 2028 y que lograría una combustión rutinaria cero para 2030. Chevron también tiene previsto invertir en tecnologías de baja emisión de carbono, como el hidrógeno y la captura, utilización y almacenamiento de carbono (CCUS).
El planteamiento de Chevron difiere del de las principales empresas petroleras europeas, que esperan reducir su producción de petróleo en el futuro mientras aumentan la inversión y la producción de electricidad renovable. Shell, por ejemplo, afirmó a principios de este año que su producción de petróleo alcanzó su punto máximo en 2019. BP pretende reducir la producción de petróleo y gas en un 40% para 2030, mientras que Eni considera que su producción de petróleo alcanzará el máximo en 2025.