En el contexto geopolítico actual, China ha decidido proteger y defender sus intereses petroleros. El presente artículo evaluará la posición de China en el mercado del petróleo y las posibles consecuencias económicas y financieras de su estrategia en el mercado petrolero internacional.
China y su creciente dependencia del petróleo importado
La nación asiática ha aumentado su dependencia del petróleo importado, especialmente de Irán, a través del acuerdo “Irán-China 25-Year Comprehensive Cooperation Agreement”. Este acuerdo permite a China tener acceso prioritario a la exploración y desarrollo de campos petroleros y gasíferos en Irán, así como descuentos significativos en el petróleo y gas producidos en dichos campos.
Además, el acuerdo también incluye políticas que permiten una mayor cooperación entre las fuerzas armadas de ambos países, incluyendo el intercambio anual de oficiales y personal técnico. China también ha obtenido derechos de uso dual —militar y civil— en instalaciones militares y civiles iraníes para fines estratégicos.
China ha mostrado su apoyo a Irán en la captura de dos buques petroleros en el Golfo de Omán, como una advertencia a los Estados Unidos para no interferir en sus relaciones con aliados clave en Medio Oriente, especialmente en el comercio de petróleo iraní.
Participación de China en la OPEP
A través de sus relaciones con Irán y Arabia Saudita, China ha demostrado su capacidad para influir en la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). Como resultado de la cooperación entre Irán y China, la nación asiática ahora tiene control indirecto sobre el Estrecho de Ormuz, una ruta crítica para el transporte de petróleo a nivel mundial. Además, China también ha establecido una presencia en el estrecho de Bab al-Mandab, a través de acuerdos con Yemen y Djibouti.
Estas acciones demuestran que China no tolerará la interferencia de EE. UU. en su expansión por Medio Oriente y en el flujo de petróleo y gas hacia su territorio.
Consecuencias económicas y financieras de la estrategia china
La estrategia de China en el mercado petrolero internacional no solo tiene motivaciones políticas, sino también económicas y financieras. A través del acuerdo con Irán, China obtiene precios garantizados de petróleo y gas, al menos un 30 % más bajos que los principales índices de precios. Esto le permite a China minimizar los efectos de los precios más altos del petróleo a nivel mundial y reducir su vulnerabilidad a las fluctuaciones del mercado.
Además, China ha comenzado a pagar a Irán en yuanes no convertibles, lo que limita aún más la capacidad de Irán para participar en los mercados internacionales y aumenta la dependencia del país persa en la economía china. También ha utilizado monedas de Angola, Zambia y Kenia como medio de pago para inducir a Irán a comprar bienes de estos países, permitiendo a su vez que estos países puedan saldar sus deudas con China.
China sale de las sombras: consecuencias para otros actores del mercado
China ha decidido adoptar una postura más abierta en cuanto a sus importaciones de petróleo crudo de Irán. Anteriormente, China ocultaba estas importaciones mediante el “rebranding” del petróleo iraní como petróleo no iraquí, la desactivación de sistemas de identificación automática en buques transportadores de petróleo iraní y la transferencia de petróleo iraní en alta mar o en las cercanías de puertos a tanqueros bajo otras banderas.
La decisión de China de salir de las sombras en su comercio de petróleo con Irán puede tener consecuencias para otros actores del mercado petrolero, como los países productores de petróleo y las empresas petroleras internacionales. En primer lugar, la postura más abierta de China puede generar tensiones geopolíticas adicionales, especialmente con los Estados Unidos, ya que estos últimos han impuesto sanciones unilaterales contra el comercio de petróleo iraní. También puede aumentar la volatilidad y los riesgos en el mercado petrolero internacional, especialmente si China decide utilizar su influencia en la OPEP para impulsar sus intereses económicos y políticos.
En segundo lugar, otros países productores de petróleo pueden verse presionados a ofrecer a China condiciones más favorables en el comercio de petróleo y gas, dada la creciente influencia de la nación asiática en la región y su capacidad para alterar el flujo de petróleo a nivel mundial. Esto podría afectar la dinámica de la oferta y la demanda de petróleo, así como los precios del petróleo a nivel mundial.
Conclusión
La estrategia de China en el mercado petrolero internacional, marcada por su creciente dependencia del petróleo importado y su participación en la OPEP, tiene implicaciones económicas y financieras significativas tanto para el gigante asiático como para otros actores del mercado. La decisión de China de salir de las sombras en su comercio de petróleo con Irán indica su determinación de proteger sus intereses petroleros y desafiar la hegemonía de los Estados Unidos en la geopolítica mundial. Sin embargo, esta postura también puede generar tensiones adicionales y aumentar la volatilidad en el mercado petrolero internacional, lo que requerirá una atención cuidadosa por parte de los países productores de petróleo, las empresas petroleras internacionales y los analistas del sector energético y financiero.