La autoridad monetaria del Banco de Israel, bajo la dirección del Gobernador Amir Yaron, ha decidido esta tarde mantener su tasa de interés en el 4,5%.
Existía una división entre los economistas acerca de si la tasa de interés permanecería constante o experimentaría un recorte. Según informes de Bloomberg, la mayoría de los analistas anticipaba una reducción, aunque los mercados ya contaban con que la tasa se mantuviera estable.
En el mes anterior, el Banco de Israel redujo su tasa de interés del 4,75% al 4,5%. Este ajuste marcó el primer recorte en las tasas de interés en Israel desde marzo de 2020, coincidiendo con el comienzo de la pandemia del Covid. Este movimiento se produjo después de una secuencia de diez incrementos en las tasas desde abril de 2022 hasta mayo de 2023, período durante el cual la tasa escaló de un mínimo histórico de 0,1% a 4,75%, en un esfuerzo del Banco de Israel por contener la inflación en aumento.
La lucha contra la inflación ha mostrado progresos significativos en 2023, registrando un pico del 5,3% en enero y descendiendo al 2,6% en el mismo mes, ubicándose dentro del objetivo anual del 1%-3%. El Banco de Israel proyecta que la inflación disminuirá al 2,4% en el último trimestre de 2024 y alcanzará el 2% en el mismo período de 2025.
El Banco de Israel ha manifestado: “Ante la guerra, la estrategia del Comité Monetario busca la estabilización de los mercados y la minimización de la incertidumbre, manteniendo al mismo tiempo la estabilidad de precios y fomentando la actividad económica. La futura política de tasas de interés se definirá considerando la progresiva alineación de la inflación hacia su objetivo, la constante estabilidad de los mercados financieros, la dinámica económica y las políticas fiscales.”
La institución mantiene su preocupación ante el riesgo de un repunte inflacionario, señalando: “El Comité estima que persisten diversos factores de riesgo que podrían acelerar la inflación: las repercusiones de la guerra y su impacto sobre la economía, las restricciones en el sector de la construcción, una potencial depreciación del shekel y las prácticas fiscales”.