WASHINGTON (AFP) – El aumento de la inflación y la fuerte desaceleración en Estados Unidos y China llevaron al FMI a rebajar el martes sus perspectivas para la economía mundial este año y el próximo, al tiempo que ofreció una evaluación aún más cruda de lo que puede ocurrir en el futuro.
“Las perspectivas se han oscurecido significativamente desde abril”, dijo el economista jefe del FMI, Pierre-Olivier Gourinchas. “El mundo puede estar pronto al borde de una recesión global, solo dos años después de la última”.
“Las tres mayores economías del mundo, Estados Unidos, China y la zona del euro, se están estancando con importantes consecuencias para las perspectivas mundiales”, dijo en una reunión informativa.
En su último informe Perspectivas Económicas Mundiales (WEO), el Fondo Monetario Internacional recortó la estimación del PIB mundial para 2022 al 3,2 %, cuatro décimas menos que la previsión de abril, y aproximadamente la mitad de la tasa observada el año pasado.
A la “tímida recuperación” del año pasado tras la crisis de la pandemia “le ha seguido una evolución cada vez más sombría en 2022 a medida que los riesgos empezaban a materializarse”, según el informe.
“Varias perturbaciones han golpeado a una economía mundial ya debilitada por la pandemia”, entre ellas la guerra en Ucrania, que ha hecho subir los precios mundiales de los alimentos y la energía, lo que ha llevado a los bancos centrales a elevar fuertemente los tipos de interés, dijo el FMI.
Los continuos cierres por el virus COVID-19 y el empeoramiento de la crisis inmobiliaria han obstaculizado la actividad económica en China, mientras que las agresivas subidas de los tipos de interés de la Reserva Federal están frenando bruscamente el crecimiento de Estados Unidos.
Pero las malas noticias pueden no acabar ahí, según advirtió el FMI, que afirmó que “los riesgos para las perspectivas se inclinan abrumadoramente a la baja” y, si se materializan, podrían llevar a la economía mundial a una de las peores caídas del último medio siglo.
Entre las principales preocupaciones se encuentran las consecuencias de la guerra de Ucrania, incluida la posibilidad de que Rusia corte el suministro de gas natural a Europa, así como una nueva subida de los precios y el espectro de las hambrunas debido al bloqueo de los suministros de grano por la guerra.
En una advertencia ominosa, el WEO dijo que “tales choques podrían, si son suficientemente severos, causar una combinación de recesión acompañada de una inflación alta y creciente (‘estanflación’)”.
Esto frenaría el crecimiento, reduciéndolo al 2,0 % en 2023. Según el informe, la tasa de crecimiento mundial solo ha sido inferior en cinco ocasiones desde 1970.
Gourinchas dijo que eso sería “acercarse mucho a una recesión mundial”.
La prioridad de la inflación
La principal prioridad de los responsables políticos es frenar el aumento de los precios, aunque suponga un dolor para sus ciudadanos, dijo el fondo, ya que el daño causado por una inflación descontrolada sería mucho peor.
Gourinchas, en una entrada del blog sobre el informe, señaló que los movimientos “sincronizados” de los principales bancos centrales para hacer frente a la amenaza de la inflación “no tienen precedentes históricos, y se espera que sus efectos sean contundentes”.
“El endurecimiento de la política monetaria tendrá inevitablemente costes económicos reales, pero retrasarlo no hará sino agravar las dificultades”, dijo.
El FMI considera ahora que los precios al consumo aumentarán un 8,3 % este año, casi un punto más de lo previsto anteriormente, mientras que las economías de mercado emergentes se enfrentan a un aumento del 9,5 % en los precios al consumo.
Sin embargo, “nuevos choques relacionados con la oferta de los precios de los alimentos y la energía a causa de la guerra en Ucrania podrían aumentar fuertemente la inflación general”.
Esto aumentaría el dolor para las naciones pobres menos capaces de soportar el choque, donde los alimentos representan una mayor parte de los presupuestos familiares.
Desaceleración en EE. UU. y China
Aunque la economía mundial se comportó un poco mejor de lo esperado en los tres primeros meses del año, parece que “se contrajo en el segundo trimestre, la primera contracción desde 2020”, dijo el FMI.
El FMI rebajó las previsiones de crecimiento para la mayoría de los países, incluyendo grandes revisiones para Estados Unidos y China, recortando más de un punto de las previsiones anteriores.
El Fondo considera que el crecimiento de EE. UU. este año será solo del 2,3 %, en un contexto de ralentización del gasto de los consumidores y de aumento de los tipos de interés, y el informe señala que podría haber comenzado ya una recesión, definida por dos trimestres de crecimiento negativo.
Gourinchas afirmó que EE. UU. tiene un “camino muy estrecho” para evitar una recesión, e incluso un “pequeño choque” podría llevar a la economía a la recesión.
Se espera que la economía china se ralentice drásticamente en 2022, con una expansión de solo el 3,3 % -la más baja en más de cuatro décadas, con la excepción de la crisis pandémica de 2020- debido a las continuas preocupaciones por el COVID y a un “empeoramiento” de la crisis inmobiliaria, según el informe.
“La ralentización en China tiene consecuencias a nivel mundial: los cierres sumados a las interrupciones de la cadena de suministro mundial y el descenso del gasto interno están reduciendo la demanda de bienes y servicios de los socios comerciales de China”, señaló el informe.
Hubo algunas excepciones a las sombrías perspectivas, como las mejoras para Italia, Brasil y México, así como para Rusia, que todavía se espera que se contraiga, pero que se está beneficiando del aumento de los precios del petróleo debido a las sanciones occidentales, dijo el WEO.