El gabinete aprobó el domingo los cambios en la ley necesarios para un paquete de ayuda económica que aumentaría el salario mínimo, pero algunos ministros votaron en contra del plan, diciendo que era inadecuado, informa The Times of Israel.
Según el nuevo programa del ministro de Finanzas, Avigdor Liberman, el salario mínimo debe elevarse a 6.000 NIS (1.873 dólares) al mes para finales de 2025.
Sin embargo, la primera subida, que se producirá en abril, aumentará el salario mínimo en tan sólo 0,54 shekels por hora, pasando de 5.300 a 5.400 NIS al mes, un aumento inferior al dos por ciento, drásticamente menos de lo que muchos MK han tratado de avanzar a través de la legislación, y por debajo de la tasa de aumento del salario medio.
Los ministros de los partidos Laborista y Meretz votaron en contra del plan, que aún debe ser aprobado por la Comisión de Trabajo y Bienestar de la Knesset. El presidente de la comisión, MK Efrat Rayten, del Partido Laborista, ya ha dicho que hay que introducir cambios en el plan de salario mínimo.
El ministro de Transporte, Merav Michaeli, criticó el programa económico.
Michaeli, jefe del partido Laborista, dijo en la reunión del gabinete que el gobierno ha logrado proteger la economía a pesar de la actual pandemia de COVID-19 “y precisamente por eso, este gobierno no puede permitirse el lujo de perjudicar el salario mínimo de tantos trabajadores y poblaciones vulnerables, como se establece en el actual paquete de medidas”.
“Por eso, en el Partido Laborista seguiremos trabajando para que el salario mínimo no se vea perjudicado, y estoy segura de que se puede encontrar una forma de aumentarlo”, dijo.
La ministra de Protección del Medio Ambiente, Tamar Zandberg, de Meretz, también se pronunció, diciendo que el aumento que figura en el acuerdo “es en realidad una erosión de los salarios y no un aumento. Hay que mejorar la propuesta”.
El líder de Meretz, el ministro de Sanidad Nitzan Horowitz, arremetió contra el Ministerio de Hacienda diciendo que, a la luz del “gran crecimiento de la economía y de los grandes excedentes en la recaudación de impuestos, el Estado debe aumentar el salario mínimo”.
Al comienzo de la reunión, Liberman reconoció que “no podemos dar soluciones a todos los problemas”.
“Por lo tanto, es correcto tomar algunas cuestiones importantes y abordarlas desde la base”, dijo, según Ynet.
El plan también introducirá cambios en los días de vacaciones anuales y en la normativa sobre horas extraordinarias.
Liberman instó a no dividir el plan en su paso por la Knesset, insistiendo en que “se trata de un solo paquete” y argumentando que aumentar el salario mínimo demasiado rápido sobrecargaría a los empresarios y provocaría despidos.
El año pasado la inflación en Israel fue del 2,8 %. Además, se han producido subidas de precios en las tasas municipales, la electricidad y el combustible. El aumento del coste de la vida ha suscitado críticas generalizadas y la exigencia de que el gobierno haga algo más para solucionar el problema.