El Banco Mundial advierte que el recrudecimiento del conflicto entre Israel y Hamás tras el asesinato de 1400 personas podría impulsar los precios del petróleo a niveles históricos, afectando globalmente el costo de los alimentos.
El Banco Mundial señaló que la intensificación de la guerra entre Israel y Hamás podría llevar los precios del petróleo a territorios inexplorados. El informe titulado Perspectivas de los Mercados de Productos Básicos del Banco Mundial indica que, aunque las repercusiones en los precios del petróleo serían limitadas si la guerra no se intensifica, las perspectivas se tornarían negativas rápidamente con la exacerbación del conflicto.
Tras el masivo ataque de Hamás, en el que los terroristas masacraron a más de 1.400 personas, la mayoría civiles, y tomaron alrededor de 240 rehenes, Israel declaró la guerra a Hamás, generando preocupaciones de una confrontación más extensa en el Medio Oriente.
El fin de semana, se observó una posible escalada cuando las fuerzas israelíes ingresaron a Gaza. Al mismo tiempo, el primer ministro Benjamin Netanyahu mencionaba una “segunda fase” de la guerra. Líderes de Hamás solicitaron más apoyo de aliados regionales, incluyendo a Hezbolá, respaldado por Irán en Líbano.
El estudio del Banco Mundial presenta tres escenarios para el abastecimiento global de petróleo ante posibles interrupciones. En una “interrupción pequeña”, los precios podrían descender a un promedio de 81 dólares por barril el próximo año. Sin embargo, en una “interrupción media”, similar a lo vivido en la guerra de Irak, el suministro global de petróleo podría disminuir entre 3 y 5 millones de barriles al día, aumentando los precios hasta en un 35 %. En un escenario de “gran interrupción”, semejante al embargo petrolero árabe de 1973, el suministro podría decrecer entre 6 y 8 millones de barriles diarios, con precios escalando entre un 56 % y un 75 %, alcanzando entre 140 y 157 dólares por barril.
Indermit Gill, principal economista del Banco Mundial, expresó que el conflicto en Ucrania ya ha generado impactos en la economía mundial que aún persisten. “Si esta guerra se intensifica, la economía global enfrentaría por primera vez en años una doble crisis energética, derivada no solo de Ucrania, sino también del Medio Oriente”, comentó Gill.
Ayhan Kose, economista jefe adjunto del Banco Mundial, alertó de que el incremento en los precios del petróleo derivaría en un aumento inminente en los precios de los alimentos. “Ante una crisis grave en los precios del petróleo, experimentaríamos un aumento en la inflación de los alimentos, fenómeno ya presente en numerosos países en desarrollo debido a la invasión rusa de Ucrania”, comentó Kose. “La exacerbación de este reciente conflicto agravaría la inseguridad alimentaria no solo regionalmente, sino a nivel global”.
Desde que comenzó la guerra, se ha registrado un incremento aproximado del 6 % en los precios del petróleo. Por otro lado, el oro, una commodity que suele apreciarse en momentos de tensión, ha registrado un aumento cercano al 8 %, según datos del Banco Mundial.
Sin embargo, algunos expertos muestran cierto escepticismo ante un posible desabastecimiento masivo de petróleo en Estados Unidos, país que actualmente produce petróleo en volúmenes récord.
Durante un evento organizado por Bloomberg la semana pasada, Janet Yellen, secretaria del Tesoro, comunicó que la administración de Biden está monitoreando con atención las repercusiones económicas derivadas de la guerra entre Israel y Hamás. “Por el momento, no hemos observado impactos con trascendencia global”, mencionó Yellen, añadiendo que si la guerra se prolonga, “indudablemente podríamos enfrentar consecuencias más pronunciadas”.
Por su parte, Fatih Birol, director ejecutivo de la Agencia Internacional de la Energía, expresó su preocupación afirmando que, entre la incursión rusa y los recientes brotes de violencia en Gaza, “nadie podría persuadirme de que el petróleo y el gas son alternativas energéticas seguras para las naciones o para los consumidores”.