A medida que la necesidad de combustibles fósiles ha ido aumentando, varias naciones africanas han ido incrementando gradualmente su producción de petróleo y gas en el último año. Mientras que muchas naciones occidentales están reduciendo su uso de combustibles fósiles, el continente africano está dando a las grandes compañías petroleras la oportunidad de establecer nuevas operaciones petrolíferas con bajas emisiones de carbono en regiones relativamente poco desarrolladas. Sin embargo, ¿serán capaces los Estados de convencer a la COP27 de que apoyen sus posiciones sobre el desarrollo de sus industrias petroleras? En la próxima cumbre mundial sobre el clima, que se celebrará en noviembre, se prevé que varios dirigentes de países africanos defiendan la idea de que los nuevos proyectos de combustibles fósiles sigan adelante en todo el continente. En un momento en el que muchas naciones sufren escasez de energía y un aumento de los precios, África proporciona al mundo acceso a recursos de gas esenciales. Además, el planeta podría llenar el vacío en el cambio a las fuentes de energía renovables gracias a las reservas de petróleo de África, en su mayoría sin explotar. Pero es dudoso que estos líderes convenzan al resto del mundo de la necesidad del petróleo y el gas africanos, dado que muchos líderes internacionales desean minimizar su dependencia de los combustibles fósiles para contribuir a la lucha contra el cambio climático.
Según The Guardian, es probable que la Unión Africana elabore un documento de cinco páginas en la COP27 en el que se apoya la expansión de las operaciones de petróleo y gas en la mayoría de los gobiernos africanos. La Unión afirma en el documento que “a corto y medio plazo, los combustibles fósiles, especialmente el gas natural, tendrán que desempeñar un papel importante para aumentar el acceso a la energía moderna, al tiempo que se acelera la adopción de las energías renovables”.
Sin embargo, no todo el mundo está de acuerdo con la postura de los líderes africanos; un grupo de ONG africanas califica sus actos de “vergonzosos” e “inaceptables”. Según los ecologistas, el continente africano, que ya sufre mucho el cambio climático, tiene un gran potencial para el desarrollo de proyectos de energías renovables a gran escala. Muchos temen que, en lugar de formar parte de la transición ecológica mundial, las decisiones tomadas en la COP27 puedan hacer que África pase a depender de los combustibles fósiles en el futuro.
Sin embargo, el fuerte aumento de los precios del petróleo y del gas ha obligado a muchos países a reevaluar su opinión sobre estos productos, y algunos han aumentado la producción para satisfacer la demanda. Muchos gobiernos se están viendo obligados a acudir a otros lugares para llenar el vacío, a medida que la UE y Estados Unidos endurecen sus sanciones contra la energía rusa. Además, la UE declaró este año que la región seguirá apostando por el gas natural como parte de una transición energética más limpia, ya que se aleja del carbón y el petróleo crudo como parte de su política de cambio climático.
No es la primera vez que África ofrece al resto del mundo una visión de su potencial como nueva fuente de petróleo. Numerosos políticos africanos han apoyado el negocio de los combustibles fósiles a raíz de los recientes avances en el sector. El argumento básico es que muchas naciones altamente desarrolladas ya se han beneficiado del petróleo y el gas, dejando a África atrás, y que ha llegado el momento de que el continente utilice sus recursos en beneficio propio y haga crecer sus economías.
Ante el aparente alejamiento mundial de los nuevos proyectos de combustibles fósiles, ¿cómo puede posicionarse el continente africano para garantizar que se beneficia de sus recursos naturales? Según el estudio de McKinsey, muchas de las operaciones actuales de petróleo y gas en África son más caras que la media mundial, lo que disuade a las empresas energéticas de realizar inversiones allí. Pero según su investigación, hay tres dimensiones que podrían permitir a África competir con más éxito en la industria del petróleo y el gas en las próximas décadas.
En primer lugar, la zona tiene que reducir su huella de carbono al tiempo que aumenta la rentabilidad. África debe reducir las emisiones generadas por sus operaciones de petróleo y gas para que el continente siga siendo atractivo para la inversión energética. La adopción de tecnologías de captura y almacenamiento de carbono (CAC) lo permitirá. La región tiene la capacidad de reducir significativamente la cantidad de basura que produce, incluido el gas quemado, para que pueda recuperarse y utilizarse en otras iniciativas, como la creación de hidrógeno gris. Los gobiernos estatales también deben actualizar la legislación y las normas que rigen el sector energético para que las operaciones sean más competitivas en cuanto a costes, centrándose en las ineficiencias y la inseguridad.
En segundo lugar, África podría ampliar sus iniciativas de infraestructuras que utilizan menos energía. Muchas grandes compañías petroleras están abandonando sus proyectos petroleros en curso en favor de sustitutos con bajas emisiones de carbono. Muchas empresas petroleras y de gas están buscando lugares no desarrollados para establecer operaciones más ventajosas con bajas emisiones de carbono en zonas con mejores perspectivas de vida, ya que las cuencas exploradas durante mucho tiempo se están secando. Como se prevé que el consumo de gas natural seguirá siendo elevado durante las próximas décadas, las inversiones en proyectos de gas, como gasoductos, infraestructuras de procesamiento y gas licuado de petróleo (GLP), también contribuirán a la transición mundial hacia las energías renovables.
Por último, los países africanos deben invertir más dinero en iniciativas de energías renovables. Las naciones africanas deben financiar iniciativas de energía renovable además de las operaciones de petróleo y gas a medida que aumenta su riqueza petrolera si quieren desprenderse algún día de los combustibles fósiles finitos.
En un momento en que escasean los suministros mundiales de gas natural y petróleo y la demanda de combustibles fósiles sigue siendo alta, el continente africano tiene mucho potencial para desarrollar su sector. Si se hace correctamente, la zona puede aumentar su nivel de autosuficiencia y exportar energía a otros países para apoyar el crecimiento de sus economías nacionales. Sin embargo, es dudoso que los líderes africanos consigan convencer a los asistentes a la COP27 de la necesidad del petróleo y el gas africanos, ya que el mundo se está alejando de los combustibles fósiles en favor de las alternativas renovables.