Intel Corp., gigante estadounidense de semiconductores, se ha mantenido reticente respecto al supuesto compromiso de inversión de 25 000 millones de dólares en Israel, que el gobierno israelí publicitó hace algunas semanas.
La ausencia de confirmación por parte de Intel genera incertidumbre sobre la exactitud de los detalles divulgados por Israel acerca de este trato.
Contraste en las versiones sobre el acuerdo
El mes anterior, Benjamin Netanyahu, primer ministro de Israel, junto al Ministerio de Finanzas de esta nación, dejaron a todos perplejos al declarar que habían acordado “en principio” con Intel, una inversión sin paralelos para ampliar las infraestructuras de producción de chips de la empresa en Kiryat Gat, localizado al sur de Tel Aviv.
Por su parte, Intel ha corroborado su propósito de potenciar su capacidad productiva en Israel y ha propuesto un plan para la mejora de las instalaciones en Kiryat Gat, pero ha dejado en el aire los aspectos específicos del proyecto. Esta postura se contrapone al anuncio del gobierno israelí sobre el acuerdo de gran envergadura.
Antecedentes de la inversión de Intel en Israel
Esta noticia se da en un marco donde Intel, en 2019, mantuvo diálogos sobre una inversión de cerca de 10 000 millones de dólares en su planta en Kiryat Gat. Este propósito de inversión se ratificó en 2021, durante una visita del CEO de Intel, Pat Gelsinger, a Israel.
La empresa ha hecho inversiones en diversos lugares del mundo, incluyendo planes de inyectar 30 000 millones de euros en la construcción de dos fábricas de semiconductores en Alemania, y 4.6 mil millones de dólares para instaurar un centro de montaje y pruebas de semiconductores en Polonia.
El papel de Intel en el desarrollo tecnológico de Israel
Bajo los términos del acuerdo “en principio”, Intel se comprometería a abonar un impuesto del 7.5 %, en lugar del actual 5 %, a cambio de una subvención del 12.8 % del monto total de la inversión. Se prevé que las instalaciones ampliadas en Kiryat Gat estarán en marcha en 2027 y mantendrán su operatividad hasta, al menos, 2035.
Desde su establecimiento en Israel en 1974, Intel ha tenido una influencia significativa en el desarrollo tecnológico de esta nación. Con 11.700 empleados en sus centros de I+D en Haifa, Petah Tikva y Jerusalén, además de su planta en Kiryat Gat, Intel contribuye indirectamente a cerca de 42.000 empleos en Israel.
Aportaciones significativas de Intel a la economía israelí
La compañía ha realizado adquisiciones destacadas en Israel, entre las que se incluyen la compra de Tower Semiconductor en 2021 por 5.400 millones de dólares y la adquisición de Mobileye, una empresa de tecnología para vehículos autónomos, en 2017 por más de 15 000 millones de dólares.
Conforme a su informe de responsabilidad corporativa de 2021, Intel inyectó en la economía israelí cerca de 1.62 mil millones de dólares durante el año 2020. Asimismo, ha invertido considerablemente en la educación técnica y científica de Israel a través de sus programas STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas), apoyando a miles de estudiantes cada año.
Impacto esperado de la nueva inversión
Se estima que, si se lleva a cabo, la inversión de Intel traería consigo la creación de aproximadamente 10.000 puestos de trabajo directos y cerca de 20.000 indirectos. Además, fortalecería significativamente la posición de Israel como un centro mundial de alta tecnología y potenciaría su economía.