Israel busca mantener lazos con CRRC para proyectos de trenes ligeros, a pesar de las advertencias estadounidenses sobre seguridad.
CRRC enfrenta señales contradictorias en proyectos israelíes
El fabricante chino de material rodante CRRC enfrenta un trato ambivalente por parte de Israel en proyectos de infraestructura clave. Recientemente, la empresa fue excluida como proveedor de vagones para la Línea Azul del tren ligero de Jerusalén, una decisión que, según reportes, respondió a presiones de Estados Unidos para limitar la participación china en proyectos estratégicos. Sin embargo, al mismo tiempo, CRRC está en negociaciones con el gobierno israelí por un contrato de millones de euros para suministrar vagones adicionales a la Línea Roja del tren ligero de Tel Aviv, inaugurada en agosto de 2023. Esta dualidad refleja el delicado equilibrio que Israel busca mantener entre su alianza con Washington y la necesidad de socios chinos para avanzar en su ambiciosa agenda de infraestructura.
El 10 de abril de 2025, el periodista israelí Raviv Drucker informó que Israel canceló un contrato de más de 500 millones de dólares con CRRC para la Línea Azul de Jerusalén, una decisión tomada días antes de la firma financiera, aparentemente por temores a represalias del entonces presidente electo Donald Trump. Esta cancelación, que retrasará el proyecto por meses, subraya la influencia estadounidense en las decisiones de infraestructura israelíes. A pesar de esto, CRRC sigue siendo un actor clave en la Línea Roja de Tel Aviv, donde sus trenes eléctricos, diseñados con especificaciones de seguridad como resistencia a explosiones, transportan hasta 500 pasajeros por vagón.
La Línea Roja, construida con la participación de empresas chinas como China Civil Engineering Construction Corporation y CRTG-EEB, junto con firmas israelíes como Solel Boneh y Danya Cebus, es un ejemplo del papel crucial de China en la modernización del transporte israelí. El proyecto, con un costo de miles de millones de shekels, conecta Bat Yam, Tel Aviv, Ramat Gan, Bnei Brak y Petah Tikva, con 33 estaciones, 10 de ellas subterráneas. CRRC no solo suministró los vagones, sino que firmó un acuerdo de compensación en 2021 por 68 millones de dólares para adquirir equipos y servicios de 12 empresas israelíes, fomentando empleos y desarrollo local.
La participación china en proyectos israelíes no se limita a Tel Aviv. Empresas como Pan Mediterranean Engineering Company (PMEC), filial de China Harbor Engineering Company, han pujado por contratos como la carretera Ruta 16 en Jerusalén, diseñada para aliviar la congestión en la entrada oeste de la ciudad. Además, China Civil Engineering, junto con Danya Cebus, ha construido estaciones subterráneas y túneles para el segmento este de la Línea Roja, demostrando la experiencia técnica de las firmas chinas en proyectos complejos.
Datos clave sobre la participación de CRRC en Israel
- Contrato de la Línea Roja: CRRC suministra vagones eléctricos para la Línea Roja de Tel Aviv, operativa desde agosto de 2023.
- Acuerdo de compensación: En 2021, CRRC comprometió 68 millones de dólares en compras a empresas israelíes, incluyendo 21 millones en equipos y 9 millones en cooperación con universidades.
- Cancelación en Jerusalén: En abril de 2025, Israel canceló un contrato de 500 millones de dólares con CRRC para la Línea Azul, citando preocupaciones externas.
- Negociaciones en curso: CRRC negocia un nuevo contrato para vagones adicionales en la Línea Roja de Tel Aviv, con un valor de millones de euros.
- Seguridad avanzada: Los vagones de CRRC para Tel Aviv cumplen con estándares israelíes, incluyendo diseño a prueba de explosiones y resistencia a combustión por 15 minutos.
Presiones de EE. UU. complican la relación con China
Las presiones de Estados Unidos sobre Israel para reducir la influencia china en infraestructura estratégica comenzaron a intensificarse durante la administración de Donald Trump y continuaron bajo Joe Biden. En 2019, el subsecretario de Energía estadounidense Dan Brouillette advirtió que la falta de controles estrictos sobre las inversiones chinas podría afectar el intercambio de inteligencia entre ambos países. Estas preocupaciones se centraron en proyectos como la Línea Roja de Tel Aviv y la operación del puerto de Haifa por parte de Shanghai International Port Group. Funcionarios estadounidenses y del Shin Bet expresaron temores sobre la posible instalación de dispositivos de espionaje en infraestructuras cercanas a instalaciones militares, como el cuartel general de las Fuerzas de Defensa de Israel en Tel Aviv.
En 2021, la presión estadounidense se intensificó cuando CRCC, otra empresa china, fue señalada por Biden como una amenaza a la seguridad de Estados Unidos, lo que llevó a su exclusión de inversiones estadounidenses. Esto afectó las licitaciones de las líneas Verde y Púrpura de Tel Aviv, donde CRCC y CRRC presentaron ofertas significativamente más bajas que sus competidores. En enero de 2022, NTA Metropolitan Mass Transit System anunció que las licitaciones fueron otorgadas a consorcios liderados por Alstom (Francia) y CAF (España), junto con empresas israelíes como Dan, Electra y Shapir, en una decisión que, según The Jerusalem Post, reflejó la alineación de Israel con Washington.
A pesar de estas restricciones, Israel ha evitado cortar por completo los lazos con China. En 2018, el entonces primer ministro Benjamin Netanyahu y el vicepresidente chino Wang Qishan copresidieron una cumbre de innovación en Jerusalén, donde se anunció un futuro acuerdo de libre comercio y planes para mayores inversiones chinas en infraestructura. China sigue siendo el tercer socio comercial de Israel, y las empresas chinas han demostrado capacidad para ejecutar proyectos a gran escala, como la Línea Roja, con alta calidad y a costos competitivos.
La exclusión de CRRC de la Línea Azul de Jerusalén generó críticas internas. En abril de 2022, CRCC, junto con socios israelíes como Shikun & Binui y Egged, demandó al gobierno israelí, alegando que la decisión de rechazar su oferta para las líneas Verde y Púrpura se basó en presiones estadounidenses y no en méritos técnicos. Los demandantes citaron declaraciones del exdirector del Shin Bet, Nadav Argaman, quien advirtió que la influencia china en infraestructura estratégica era “peligrosa” y requería legislación para supervisarla.
El papel de China en la infraestructura israelí
La participación china en Israel no es reciente. Desde 2014, empresas como PMEC han estado activas en proyectos como el puerto HaDarom en Ashdod. En 2017, el Israel Infrastructure for Growth plan identificó 147 proyectos de transporte y energía por un total de 116 mil millones de shekels, muchos de los cuales atrajeron interés chino. La Línea Verde de Tel Aviv, con un costo estimado de 20 mil millones de shekels, y la Línea Púrpura, valorada en 8.6 mil millones, son ejemplos de proyectos que han involucrado consorcios con participación china, aunque bajo un escrutinio creciente.
Las empresas chinas, respaldadas por la iniciativa Belt and Road, han ofrecido ventajas competitivas, como mano de obra numerosa, maquinaria avanzada y plazos de entrega rápidos. Por ejemplo, CRTG empleó seis máquinas tuneladoras de última generación para la Línea Roja, superando retrasos iniciales por permisos. En contraste, proyectos como el tren Tel Aviv-Jerusalén, que no involucró a empresas chinas, enfrentaron retrasos de 17 años y sobrecostos significativos.
La Línea Verde de Tel Aviv, que conectará Rishon Lezion, Holon, Tel Aviv y Herzliya con 39 kilómetros y 63 estaciones, y la Línea Púrpura, de 28 kilómetros desde el mercado Carmel hasta Kiryat Ono y Yehud, están en construcción con consorcios no chinos, pero la experiencia previa de CRRC en la Línea Roja sigue siendo un punto de referencia. Estas líneas, programadas para 2027, son parte de un plan más amplio para transformar Gush Dan en un centro de transporte masivo, complementado por futuras líneas de metro aprobadas en julio de 2024.
En Jerusalén, la Línea Verde, que conectará Gilo con French Hill y la Universidad Hebrea, y la Línea Azul, de Ramot a Gilo, son proyectos estratégicos que han atraído interés chino. Sin embargo, la exclusión de CRRC de la Línea Azul destaca los desafíos geopolíticos que enfrenta Israel. La decisión, aunque alineada con las prioridades de Estados Unidos, podría aumentar los costos y retrasar el proyecto, afectando a los residentes de Jerusalén que dependen de un transporte eficiente.
La relación de Israel con China en infraestructura refleja una tensión constante. Por un lado, las empresas chinas ofrecen experiencia, eficiencia y precios competitivos, esenciales para proyectos ambiciosos como el metro de Tel Aviv, valuado en 150 mil millones de shekels. Por otro, las preocupaciones de seguridad y la presión de Estados Unidos obligan a Israel a limitar su dependencia de China, incluso a costa de retrasos y mayores costos. Mientras CRRC negocia nuevos contratos para la Línea Roja, el futuro de la colaboración chino-israelí en infraestructura seguirá siendo un tema de intenso debate.