Israel permitirá la entrada de 700 ciudadanos jordanos en el país para trabajar en hoteles de Eilat, según un comunicado conjunto del Ministerio de Sanidad y la Oficina del Primer Ministro.
Según la decisión, aprobada el viernes por la tarde en una encuesta telefónica, los trabajadores entrarán en Israel por el paso fronterizo de Arava, también conocido como paso de Itzjak Rabin, a pocos kilómetros al norte de Eilat. Se someterán a pruebas de coronavirus al entrar en el país y se autoaislarán según las directrices del Ministerio de Sanidad.
Los hoteles que posteriormente empleen a los trabajadores serán responsables de asegurarse de que se someten a una cuarentena adecuada antes de empezar a trabajar.
El propósito de la decisión es proporcionar a la industria turística israelí, y a los hoteles de Eilat en concreto, los recursos humanos que necesitan para atender a las masas de turistas israelíes que buscan unas vacaciones desde que el país comenzó a reabrir el 7 de marzo.
La capacidad de los hoteles de Eilat se ha disparado del 65% la semana pasada al 90% esta semana, según N12, lo que ha pillado a los hoteles desprevenidos. Muchos hoteles aún no han abierto simplemente porque tienen dificultades para contratar empleados, muchos de los cuales siguen disfrutando de prestaciones de desempleo y no ven ninguna razón para volver a trabajar.
Y la situación no hará más que empeorar en Pésaj, quizá el momento de mayor actividad del año para los hoteles israelíes.
Se espera que los trabajadores de Jordania proporcionen a los hoteles un espacio de reprimenda muy necesario para reclutar nuevos trabajadores y prepararse para el público israelí sediento de vacaciones.
El anuncio se hizo en un momento en que las tensiones entre Israel y Jordania son elevadas.
El miércoles, Israel impidió que el príncipe heredero hachemita Hussein bin Abdullah visitara el Monte del Templo.
Jordania, en represalia, se negó el jueves a autorizar al Primer Ministro Benjamin Netanyahu a volar a los Emiratos Árabes Unidos, lo que provocó la cancelación del viaje.
Es la última escaramuza diplomática en una relación de 26 años cargada de crisis provocadas por la religión, la geopolítica y la violencia.
Otras decisiones tomadas por el gobierno el viernes son permitir a los enviados diplomáticos utilizar el paso fronterizo del río Jordán entre Israel y Jordania y el paso fronterizo de Taba entre Egipto e Israel para diversos fines.
En caso de fines humanitarios u otros fines esenciales, los mismos enviados podrán regresar también por el paso fronterizo de Taba.