Israel quiere cerrar una importante zona industrial en la ciudad costera de Haifa que, según las autoridades sanitarias, ha sido peligrosa durante años, y convertirla en un centro comercial y residencial ecológico.
El plan consiste en eliminar en el plazo de una década una serie de fábricas, entre ellas la mayor refinería de petróleo del país, que suministran gran parte de los productos combustibles y petroquímicos utilizados en materiales como los plásticos y el asfalto.
En su lugar se construirá un “parque metropolitano” centrado en las empresas verdes, el turismo, las residencias y la naturaleza.
La medida, que ha suscitado la oposición de los sindicatos por la posible pérdida de puestos de trabajo, fue recomendada el lunes por un grupo interministerial para su aprobación por el Gobierno. El nuevo gobierno que tomará posesión la próxima semana ya ha manifestado su intención de eliminar las fábricas.
Para satisfacer sus necesidades energéticas, Israel dependerá en mayor medida de las importaciones de productos petrolíferos refinados y tendrá que aumentar el almacenamiento de materiales industriales vitales. El ministro de Protección del Medio Ambiente acogió con satisfacción la medida, diciendo que era “una noticia seria para la salud de los residentes y el futuro de Haifa”.
El sindicato de Refinerías de Petróleo, el mayor grupo refinador y petroquímico de Israel que se asienta en 526 acres en la zona de la bahía, ha rechazado la propuesta. Afirma que la actividad de la empresa es fundamental para la economía y ha prometido utilizar “todas las herramientas a su alcance” para garantizar el futuro de sus trabajadores.
Haifa, la tercera ciudad más grande de Israel, se adentra en la costa del Mediterráneo oriental. Los barrios se extienden a lo largo de las laderas del monte Carmelo y descienden a la bahía que se ha convertido en el último siglo en un cruce de caminos para el comercio y la industria.
Lugares emblemáticos como el santuario con cúpula esmaltada en oro y los inmaculados jardines en terrazas de un lugar de peregrinación en la ladera de la colina para la menos conocida fe Baha’i se asoman a las chimeneas de la costa.
La ciudad, a su vez, tiene altos niveles de contaminación atmosférica y los residentes sufren un “exceso” de dolencias relacionadas con la contaminación del aire, como enfermedades respiratorias, tumores malignos y defectos de nacimiento, según un informe del panel ministerial. El panel constató que Haifa se ha “estancado” con un bajo crecimiento de la población.
Sin embargo, se ha producido una “mejora significativa” de la calidad del aire en la última década con el aumento de la regulación, dijo.
Si se aprueban las recomendaciones, el país dispondrá de 10 años para tomar medidas alternativas de importación y almacenamiento antes de que se cumpla el plazo para poner fin a la actividad petroquímica.
El gobierno tendrá que negociar las condiciones con Refinerías de Petróleo y el Grupo ICL, que opera una fábrica de fertilizantes y productos químicos especiales en Haifa, dijo el comité.
Cerca de 2.000 puestos de trabajo se perderán con el cambio, aunque se ganarán muchos más a largo plazo, según el comité. Los responsables de la industria afirman que se perderán decenas de miles de puestos de trabajo.