Israel busca actualizar su pacto de libre comercio con EE. UU. para evitar aranceles del 17% impuestos por Trump, fortaleciendo lazos económicos.
Israel impulsa nuevo acuerdo comercial con EE. UU. para esquivar aranceles
Israel ha propuesto renovar su acuerdo de libre comercio con Estados Unidos, vigente desde 1985, como respuesta a los aranceles globales anunciados por el presidente Donald Trump, según declaró el ministro de Economía, Nir Barkat, en una conferencia en Jerusalén el 28 de abril de 2025. La iniciativa busca evitar el impacto de un arancel del 17% sobre las exportaciones israelíes al mercado estadounidense, que entrará en vigor tras una pausa de 90 días que expira el 9 de julio. La actualización del pacto incluiría facilitar el intercambio de datos para fomentar la colaboración tecnológica y económica, además de eliminar barreras no arancelarias. Barkat expresó optimismo sobre las negociaciones, afirmando que ambas partes trabajan para alcanzar un acuerdo antes de la fecha límite.
El anuncio de Trump el 2 de abril de 2025 impuso aranceles de al menos el 10% a casi todas las importaciones estadounidenses, con tasas más altas para países con déficits comerciales significativos, como el caso de Israel, que registró un superávit comercial de 7.400 millones de dólares con EE. UU. en 2024. El comercio bilateral entre ambos países alcanzó los 37.000 millones de dólares el año pasado, según datos comerciales estadounidenses, consolidando a EE. UU. como el mayor socio comercial de Israel. En un esfuerzo por mitigar los efectos de los aranceles, Israel eliminó el 1 de abril todos los aranceles restantes sobre productos estadounidenses, principalmente agrícolas, que generaban 42 millones de shekels (11,3 millones de dólares) anuales, según el Ministerio de Finanzas israelí.
El primer ministro Benjamin Netanyahu fue el primer líder extranjero en reunirse con Trump tras el anuncio de los aranceles, el 7 de abril en la Casa Blanca, donde prometió eliminar el superávit comercial “muy rápidamente” y reducir barreras comerciales. Sin embargo, Trump no se comprometió a eximir a Israel de los aranceles, destacando que EE. UU. aporta 4.000 millones de dólares anuales en ayuda al país. Durante la reunión, Netanyahu también abordó temas como la guerra en Gaza y las negociaciones con Irán, pero no obtuvo concesiones claras. El ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, firmó previamente una directiva para eliminar aranceles agrícolas, coordinada con Netanyahu y Barkat, aunque requiere la aprobación final del Comité de Finanzas de la Knéset.
Los aranceles de Trump podrían afectar las exportaciones israelíes de maquinaria, equipos médicos y diamantes, según un funcionario del Ministerio de Finanzas, quien estimó un impacto económico de hasta 3.000 millones de dólares, equivalente al 0,6% del PIB de Israel. Sin embargo, Barkat señaló que la mayoría de las exportaciones israelíes, centradas en servicios de alta tecnología y software, no se verían afectadas. La Asociación de Fabricantes de Israel, liderada por Ron Tomer, advirtió que los aranceles podrían dañar la competitividad de las empresas israelíes en EE. UU., reducir inversiones extranjeras y afectar empleos locales, instando a negociaciones urgentes para reducir la tasa al 10% o eliminarla.
Datos clave sobre el comercio entre Israel y EE. UU.
- Volumen comercial: 37.000 millones de dólares en 2024, con exportaciones israelíes de 22.000 millones.
- Superávit comercial: 7.400 millones de dólares a favor de Israel en 2024.
- Aranceles eliminados: Israel suprimió aranceles por 42 millones de shekels anuales, principalmente agrícolas.
- Sectores vulnerables: Maquinaria, equipos médicos y diamantes, con un impacto estimado de 3.000 millones de dólares.
- Alta tecnología: Representa el 20% del PIB de Israel; los servicios no se ven afectados por los aranceles.
- Fecha límite: 9 de julio de 2025, fin de la pausa de 90 días para negociar.
Negociaciones comerciales entre Israel y EE. UU. avanzan ante presión arancelaria
La decisión de Israel de eliminar aranceles agrícolas se anticipó al anuncio de Trump, en un intento fallido de evitar la imposición del 17%. Smotrich destacó que la medida protege la economía israelí en un período sensible y fortalece los lazos con EE. UU., su aliado más importante. El Ministerio de Finanzas ha analizado desde marzo los impactos de los aranceles, trabajando con líderes industriales para formular estrategias. Un economista de Citi, Michel Nies, estimó que los aranceles podrían reducir el crecimiento económico de Israel en un 0,6%, afectando especialmente a sectores no tecnológicos. Por su parte, el Instituto de Exportaciones de Israel señaló que más del 60% de las exportaciones a EE. UU. son servicios, lo que limita el daño, pero instó a diversificar mercados.
Las negociaciones entre Israel y EE. UU. se intensificaron tras la pausa arancelaria de 90 días. Barkat, en una entrevista en Abu Dhabi el 22 de abril, afirmó que las discusiones avanzan positivamente, enfocándose en reducir el déficit comercial estadounidense. La Casa Blanca, a través del secretario del Tesoro, Scott Bessent, indicó que EE. UU. está abierto a negociaciones con más de 50 países, incluido Israel, que respondieron al anuncio de aranceles. Netanyahu y Trump discutieron nuevamente el tema el 22 de abril por teléfono, en una llamada que el presidente estadounidense calificó como “muy buena”.
El acuerdo de libre comercio de 1985 eliminó aranceles en el 98% de los bienes estadounidenses, dejando solo productos agrícolas con tasas mínimas. La propuesta de Barkat incluye modernizar el pacto para reflejar avances tecnológicos, como la colaboración en inteligencia artificial y ciberseguridad, sectores donde Israel lidera. La eliminación de restricciones al intercambio de datos es clave para atraer inversiones estadounidenses y fortalecer la competitividad de Israel en el mercado global.
El contexto global de los aranceles de Trump ha generado incertidumbre económica, con caídas en mercados como el Nikkei 225 de Japón, que perdió un 7,8% el 7 de abril tras un arancel del 24%. Países como Canadá, la Unión Europea y China han respondido con aranceles retaliatorios, mientras Israel opta por la negociación. La política de Trump, basada en la reciprocidad comercial y la protección de la industria estadounidense, generaría 600.000 millones de dólares anuales, según la Casa Blanca, aunque economistas advierten sobre inflación y un posible aumento de 2.000 dólares en gastos familiares en EE. UU.
La economía de Israel, dependiente de mercados extranjeros y profundamente integrada en la globalización, enfrenta un desafío significativo. Las negociaciones con EE. UU. son cruciales para mantener la competitividad de sus exportaciones y evitar pérdidas económicas. Barkat y Netanyahu han resaltado que un acuerdo modernizado no solo esquivará los aranceles, sino que posicionará a Israel como un socio estratégico clave en la nueva dinámica comercial impulsada por Trump.