Avigdor Liberman, ministro de Finanzas de Israel, ha instado a los reguladores comerciales de EE. UU. y Europa a endurecer lo que denominó prácticas comerciales desleales y anticompetitivas por parte de las empresas que importan bienes a Israel, acusándolas de ser un factor del alto coste de vida en esa nación.
En una carta dirigida a la presidenta de la Comisión Federal de Comercio de EE. UU., Lina M. Khan, hecha pública por el Canal 12 de noticias de Israel, Liberman acusó a los productores de EE. UU. y Europa de utilizar acuerdos con un solo importador oficial para fijar los precios, mientras que obstáculos como la burocracia impiden a otros importadores entrar en el mercado y competir.
En la carta, que Channel 12 news recibió el martes, Liberman instó a una mayor coordinación e intercambio de información entre las agencias antimonopolio israelíes y estadounidenses para “defender a los consumidores de los precios y métodos de distribución injustos”.
Para que los consumidores de Israel y EE. UU. “disfruten de las recompensas de una competencia libre y justa”, añadió que el gobierno debería “actuar en paralelo para garantizar que la legislación sobre la competencia se aplique a los exportadores e importadores” de ambas naciones.
La creación de un “marco multilateral que gestione la rivalidad entre países y bloques comerciales” fue la idea expuesta por Liberman.
El ministro de Economía se refirió en concreto a las restricciones poco razonables impuestas a los “importadores paralelos”, que permiten a los comerciantes y a los nuevos importadores comprar mercancías directamente a los fabricantes extranjeros sin pasar por el importador principal. Pero por el momento, estos importadores deben enfrentarse a una burocracia adicional y a costosos procesos aduaneros, lo que podría limitar la competencia, por ejemplo en el sector del automóvil.
Añadió que estas dificultades “han contribuido a limitar la competencia en el mercado israelí y han puesto al consumidor israelí en desventaja” a la hora de introducir bienes de consumo en el mercado israelí.
El reportaje de Channel 12 no mencionaba la carta dirigida a Margarethe Vestager, comisaria europea de Competencia.
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La petición de Liberman es solo una de las muchas estrategias puestas en marcha a lo largo de los años por el gobierno israelí para hacer frente al reto que supone para el país el aumento de los gastos de subsistencia.
Bajo su dirección, el Ministerio de Finanzas ha tomado medidas para flexibilizar las restricciones y regulaciones a la importación que aumentan los costes.
El jueves pasado, el líder de la oposición, Benjamín Netanyahu, dio a conocer en un vídeo de 17 minutos una “propuesta de emergencia” para resolver el problema, centrada sobre todo en la reducción de impuestos y aranceles.
El principal importador, Diplomat, anunció en un comunicado hace más de una semana que detendría las subidas de precios de todos sus productos, que se esperaba que aumentaran hasta un 16 % en algunos casos.
A partir de la semana pasada, mientras que los precios del gas bajaron, los de la electricidad se dispararon un asombroso 8,6 %, mientras que el precio de los productos lácteos subvencionados por el Estado, incluida la leche y el queso amarillo, aumentó un 4,9 %.
También se puso en marcha un nuevo sistema de pago del transporte público, que aumentó las tarifas para algunos usuarios y las redujo para otros, e hizo que todos los medios de transporte fueran gratuitos para los mayores de 75 años.