Israel y la petrolera estatal de Azerbaiyán, SOCAR, firmarán este mes un plan de trabajo para la exploración y extracción de gas natural en aguas económicas israelíes. El acuerdo se enmarca en una licitación otorgada en octubre de 2023 al consorcio conformado por SOCAR, la británica BP y la israelí NewMed Energy, que busca perforar en zonas cercanas al yacimiento Leviatán, uno de los mayores depósitos de gas en aguas profundas del mundo.
El desarrollo de estas operaciones ha sufrido retrasos debido a la guerra con Hamás, iniciada tras el ataque del grupo terrorista el 7 de octubre de 2023. No obstante, la próxima semana, una delegación de SOCAR llegará a Israel para formalizar la adquisición de una participación del 10% en el yacimiento de gas Tamar, actualmente en manos del empresario israelí Aaron Frenkel, y sellar el plan de trabajo con el Ministerio de Energía.
Ni SOCAR ni el Ministerio de Energía han hecho comentarios sobre la visita. Según el acuerdo, SOCAR poseerá el 33,34% del consorcio y será la operadora designada de la empresa exploradora. La licencia inicial tendrá una vigencia de tres años, con opción de extenderla hasta un máximo de siete años si se cumplen los requisitos de perforación y exploración.
La cooperación entre Israel y Azerbaiyán tiene un trasfondo geopolítico complejo. Situado en la frontera con Irán y aliado de Turquía, Azerbaiyán ha estrechado lazos con Israel en los últimos años, fortaleciendo su relación en sectores estratégicos como el armamento y la energía. Israel, además de ser un importante proveedor militar para Azerbaiyán, recibe de este país una parte significativa de su petróleo y mantiene una cooperación encubierta en asuntos de seguridad regional.
La expansión de SOCAR en el sector energético internacional es clave para su estrategia de aumentar la producción y reforzar su posición en el mercado europeo a través de Turquía. Desde el descubrimiento de yacimientos de gas en el Mediterráneo hace más de una década, Israel ha evolucionado hacia la autosuficiencia energética y ha emergido como un exportador de gas, estableciendo acuerdos clave con Egipto y la Unión Europea.
El campo Leviatán, que contiene aproximadamente 22 billones de pies cúbicos de gas, ha atraído a gigantes como Chevron, consolidando la industria gasífera israelí. En 2020, Israel comenzó a exportar gas a Egipto y, posteriormente, firmó un memorándum con la UE para ampliar su suministro al bloque europeo.
El crecimiento de la industria energética ha generado debates internos en Israel sobre la exportación de gas y sus efectos en la seguridad energética nacional y en los costos de la electricidad. Para abordar estos desafíos, hace un año se estableció un comité interministerial dirigido por Yossi Dayan, director general del Ministerio de Energía, cuya evaluación sobre las políticas de exportación se espera en las próximas semanas.