La jefa de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el primer ministro italiano, Mario Draghi, aterrizaron el lunes en Israel, en un momento en que la UE trata de desprenderse de las importaciones de combustibles fósiles rusos.
Ambos líderes tenían previsto mantener conversaciones sobre energía en Israel, que ha pasado de ser un importador de gas natural a un exportador en los últimos años, aprovechando importantes hallazgos en alta mar.
Von der Leyen se reunirá con el ministro de Asuntos Exteriores, Yair Lapid, a última hora del lunes, y con el primer ministro, Naftali Bennett, el martes, y se espera que las conversaciones se centren “en particular en la cooperación energética”, según un comunicado de la Comisión.
Draghi, en su primer viaje a Oriente Medio desde que asumió el cargo el año pasado, también tenía previsto hablar de energía y seguridad alimentaria durante su viaje de dos días, según informaron los medios de comunicación italianos.
Ambos líderes se reunirán con el primer ministro de la Autoridad Palestina, Mohammed Shtayyeh, el martes.
El domingo, el gabinete aprueba por unanimidad la adhesión al programa Europa Creativa de la UE hasta 2027. El programa ofrece casi 2.500 millones de euros cada siete años para el cine, las artes visuales, la literatura y otros esfuerzos creativos.
Los proyectos más allá de las líneas de junio de 1967 -en el Este de Jerusalén, Judea y Samaria, y los Altos del Golán- no pueden recibir financiación. Al igual que con el acuerdo de Israel con la UE sobre la adhesión al programa de financiación de I+D Horizonte Europa, se añadió una cláusula que establece que Israel no acepta la definición de la UE de territorio más allá de las líneas de 1967 como asentamientos ilegales.
En 2017, la entonces ministra de Cultura, Miri Regev, retiró en el último momento la solicitud de adhesión de Israel a Europa Creativa por la cuestión de la exclusión de los poblados de Judea y Samaria, después de tres años de negociaciones. En julio de 2021, la ministra de Cultura, Chili Tropper, se reunió con su homóloga francesa, Roselyne Bachelot, en Cannes para reanudar las conversaciones sobre la adhesión de Israel al programa.
La UE adoptó este mes formalmente una prohibición de la mayoría de las importaciones de petróleo ruso, sus sanciones más duras hasta ahora por la guerra de Ucrania. Von der Leyen ha sugerido que el bloque deje de depender de los hidrocarburos rusos, incluido el gas, para 2027.
Draghi y otros líderes de la UE han advertido que los clientes europeos podrían necesitar protección a medida que los costes energéticos sigan aumentando.
La ministra de Energía israelí, Karine Elharrar, y otros funcionarios han dicho que su país podría ayudar a satisfacer la demanda de la UE si puede suministrar gas de sus reservas en alta mar, estimadas en casi 1.000.000 millones de metros cúbicos.
Antes de la visita de Von der Leyen, la portavoz de la Comisión Europea, Dana Spinant, dijo a los periodistas que “estén atentos a los anuncios que vamos a hacer sobre la cooperación energética con Israel y otros socios de la región”.
Opciones de exportación
Por ahora, la perspectiva de llevar el gas israelí a Europa está plagada de desafíos y requeriría importantes inversiones en infraestructuras a largo plazo.
Al no existir un gasoducto que conecte sus yacimientos marinos con Europa, una opción, por ahora, es transportar el gas natural a Egipto, donde podría licuarse para exportarlo por barco a Europa.
Otro escenario posible es la construcción de un gasoducto hasta Turquía.
Los lazos de Israel con Ankara se han descongelado tras más de una década de ruptura diplomática y los expertos han dicho que el deseo de Turquía de realizar proyectos energéticos conjuntos ha desencadenado en parte su acercamiento a Israel.
Ese proyecto de oleoducto requeriría 1.500 millones de dólares y entre dos y tres años para su realización, según el exministro de Energía israelí, Yuval Steinitz, ahora legislador de la oposición.
La tercera opción se conoce como el proyecto EastMed, una propuesta de oleoducto en el fondo del mar que uniría a Israel con Chipre y Grecia.
Sin embargo, los expertos han expresado su preocupación por el coste y la viabilidad del proyecto, mientras que Israel ha manifestado su deseo de que Italia se adhiera a él.
Un portavoz del ministro de Energía, Elharrar, declaró el lunes a la AFP que desde marzo se han mantenido conversaciones para crear un acuerdo o marco legal que permita la exportación de gas israelí a Europa a través de Egipto.
Para complicar aún más la producción de gas en alta mar de Israel, existe una larga disputa fronteriza marítima con Líbano.
Los vecinos siguen técnicamente en guerra, pero han acordado entablar conversaciones con la mediación de Estados Unidos para delimitar la frontera y permitir a ambos países impulsar la exploración.
Las conversaciones se interrumpieron el año pasado, pero Israel ha instado al Líbano a retomarlas.
Las tensiones estallaron este mes tras la afirmación libanesa de que la producción israelí tenía lugar en aguas disputadas.
Israel replicó que el área estaba situada claramente al sur de la zona en disputa.
El enviado estadounidense que media en las conversaciones sobre la frontera marítima, Amos Hochstein, también llegó a Beirut el lunes, mientras Washington vuelve a probar suerte en la negociación de una frontera marítima entre Israel y Líbano.