La idea de Italia de que la UE imponga un tope al precio del gas natural se perfila como la “única solución sostenible” a la subida de los precios de la energía, según el ministro italiano de Transición Energética, Roberto Cingolani
Hace unas semanas, Italia propuso a los demás Estados miembros de la UE que pusieran un tope al precio del gas para frenar el aumento de la inflación y la escalada de los precios de la energía en el bloque de los 27. Otros países de la UE han expresado sus dudas de que un tope de precios funcione.
A finales de mayo, el Primer Ministro italiano, Mario Draghi, dijo que la Comisión Europea estudiaría la posibilidad de fijar un tope de precios para el gas natural ruso importado.
En su intervención de hoy en la conferencia, el ministro Cingolani dijo que “la propuesta de un tope de precios ha surgido gradualmente como la única solución sostenible”.
“Tenemos que evitar un escenario en el que alguien se levante una mañana y fije un precio disparatado”, dijo Cingolani, añadiendo que creía que Italia conseguiría algo en cuanto a un tope en los precios del gas en las discusiones dentro de la UE.
La Comisión Europea está debatiendo la idea, dijo el ministro.
Claudio Descalzi, director general de la compañía energética italiana Eni -que hoy ha señalado un séptimo día de reducción del suministro de Gazprom– escribió en un post de LinkedIn
Ante la posibilidad de que el gas ruso sea nulo, Italia no podrá sustituirlo por completo, pero alcanzando un nivel de almacenamiento de gas del 70-80% para el invierno y con las medidas adoptadas por el Gobierno, el país se las arreglará el próximo invierno, añadió el consejero delegado de Eni. Para el invierno siguiente, Italia será 80% independiente de Rusia, gracias al suministro de gas no ruso que Eni ha negociado recientemente, dijo Descalzi.
Antes de la invasión rusa de Ucrania, Italia se abastecía de Rusia en torno al 40% del gas que consumía.