Irak ha firmado acuerdos energéticos con empresas emiratíes y chinas para la explotación de seis yacimientos distintos de gas y petróleo repartidos por todo el país, en lo que parece ser un intento de ser más autosuficiente y beneficiarse de sus propios recursos naturales en lugar de importar la mayor parte de su gas del vecino Irán.
La compañía Crescent Petroleum, con sede en EAU, es una de las empresas que firmó un acuerdo con Bagdad el martes. La empresa firmó tres acuerdos de 20 años con el Ministerio de Petróleo iraquí para explotar y producir petróleo y gas en dos yacimientos de la provincia de Diyala y uno de la provincia de Basora.
“Los acuerdos suministrarán el gas natural que tanto necesitan las centrales eléctricas cercanas y mejorarán los servicios públicos, creando miles de nuevos puestos de trabajo en Diyala y Basora”, declaró Crescent Petroleum en un comunicado el martes.
Irak también firmó dos contratos con la empresa china Geo-Jade para explotar los yacimientos de Huwaiza y Naft Khana, situados a lo largo de la frontera del país con Irán, y United Energy Group Ltd, otra empresa china, firmó un acuerdo para explotar el yacimiento petrolífero de Sindbad, cerca de la ciudad meridional de Basora.
Irak depende del gas iraní
A pesar de poseer una de las mayores reservas de petróleo del mundo y de ocupar el 12.º lugar en reservas de gas, Irak importa de Irán alrededor del 40 % del gas que consume, que utiliza principalmente para producir electricidad.
Esto, según el Dr. Thomas O’Donnell, global fellow del Woodrow Wilson Center de Washington que enseña en Berlín, acarrea a Bagdad problemas tanto de seguridad como financieros.
La compra por Irak de un porcentaje tan elevado de su gas a Irán “plantea un grave problema de seguridad muy similar al que tuvieron Alemania y la UE al depender del gas ruso”, declaró O’Donnell, experto en energía y geopolítica, a The Media Line.
Además, pone a Irak en un déficit financiero. “Están pagando mucho dinero para importar gas de Irán”, añadió.
Irak tiene una economía en dificultades, con su moneda cayendo a un nuevo mínimo cercano al valor del dinar iraquí en los primeros meses tras el derrocamiento de Sadam Husein; también ha sufrido debido a la discrepancia en el precio del dólar entre el banco central y el mercado negro.
Según el ministro iraquí de Petróleo, Hayan Abdul-Ghani, el país espera producir unos 800 millones de pies cúbicos estándar al día de gas natural como resultado de los acuerdos firmados esta semana con empresas emiratíes y chinas.
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“Supondría una enorme ventaja financiera, ya que no tendrían que pagar ese dinero [a Irán], y una ventaja de seguridad, porque serían más independientes de Irán”, afirmó O’Donnell.
Ramu C.M, consultor berlinés sobre energía y política internacional, afirma que la industria petrolera iraquí tiene un grave problema de corrupción endémica tanto en sus segmentos regionales como federales.
“A lo largo de los años, todas las multinacionales petroleras y proveedores de servicios petrolíferos han tenido dificultades para llegar a acuerdos con los enrevesados niveles burocráticos del Ministerio de Petróleo iraquí. La única forma de sortear estos obstáculos burocráticos es pagar enormes sobornos”, declaró a The Media Line.
Señala que la nueva Constitución redactada por el gobierno iraquí tras la invasión estadounidense de 2003 ayudó a reactivar la producción y las exportaciones de petróleo de Irak. Pero también creó un sistema político-burocrático ineficaz y enmarañado, “manchado por la ineficacia y el amiguismo”, afirmó.
Esto, unido a la incapacidad del gobierno para pagar a los empleados públicos, que provocó varias huelgas entre los trabajadores de la industria del petróleo y el gas, ha llevado al país a permanecer en una situación de infra producción.
O’Donnell afirma que esta infraproducción es producto de una combinación de cosas. Una es una cuestión de gobernanza que, según explicó, está ligada a la corrupción y a la inestabilidad política del país en los últimos años.
“Se trata de que el gobierno se tome en serio y se esfuerce por acabar con la mala administración y la corrupción. Se trata simplemente de hacer el trabajo”, dijo, añadiendo que el gobierno iraquí ha prometido hacer esto varias veces a un presidente estadounidense tras otro.
O’Donnell cree que la actual administración iraquí, dirigida por el primer ministro Mohammed Shia’ al Sudani, podría ser más eficaz, políticamente hablando, que otras administraciones del pasado.
Además, sostiene que la producción de gas y petróleo se está convirtiendo en una necesidad existencial para el presupuesto iraquí. “La cantidad de dinero que están gastando, básicamente dándoselo a Irán, podría haber encendido un fuego bajo la administración para que se ponga seria al respecto”, concluyó.