En su último Informe Mensual sobre el Petróleo, la AIE pidió a la OPEP+ que aumentara la producción para contrarrestar el aumento de la demanda en 2022.
La agencia afirmó que, según las actuales expectativas de crecimiento económico mundial, la demanda de crudo y productos petrolíferos alcanzará los niveles anteriores a la crisis económica en 2022. El organismo de control de la energía con sede en París, que ha sido criticado después de que su impactante informe Net-Zero by 2050 pidiera que no se invirtiera más en petróleo y gas, declaró que “la OPEP+ necesita abrir los grifos para mantener los mercados mundiales del petróleo adecuadamente abastecidos”. Al mismo tiempo, la AIE también ha reiterado que las realidades del mercado están en desacuerdo con sus estrategias propuestas para alcanzar niveles netos de cero emisiones en 2050. Es probable que las críticas sean duras para la “antigua” agencia líder en petróleo y gas, ya que el organismo ha pedido al mundo que redoble su apuesta por las renovables y se comprometa con el Acuerdo de París, al tiempo que admite que la economía mundial sigue demandando grandes cantidades de hidrocarburos.
Habrá que reevaluar la pertinencia de algunos de estos informes, sobre todo si se tiene en cuenta el informe “La edad de oro del gas”, de gran repercusión, y la hoja de ruta “Net Zero para 2050”. A la pregunta de qué hay que hacer, la AIE indicó que el llamamiento a la OPEP+ será muy fuerte, ya que el grupo internacional de productores de petróleo y gas tendrá que aumentar el suministro de crudo al mercado en 1,4 millones de bpd en 2022. Lo que supondría un aumento significativo respecto a sus objetivos actuales de julio de 2021 a marzo de 2022.
Las expectativas de demanda de la AIE coinciden con algunas otras, como la OPEP, la EIA y consultores independientes, que han declarado anteriormente que la demanda de petróleo va a aumentar sustancialmente. Algunos incluso esperan que los volúmenes en 2022 sean superiores a los niveles de 2019, incluso cuando los precios están aumentando sustancialmente.
Un potencial de 1,4 millones de bpd adicionales en el mercado no hará mella en el actual mercado alcista. Incluso las exportaciones adicionales de petróleo de Irán, si se alcanza un acuerdo del JCPOA, solo mitigarán algunos de los riesgos de precios al alza. El principal comodín en la actualidad es el esquisto estadounidense, que podría verse incentivado por la subida de los precios del crudo para aumentar la producción.
La situación actual del mercado es muy clara. La OPEP+ lidera el sector, independientemente de las estrategias políticas o de los accionistas activistas de las CPI. El mercado sigue siendo totalmente adicto a los hidrocarburos, y esto no cambiará de la noche a la mañana.
La AIE también debe reevaluar sus estrategias actuales y su enfoque de prensa, ya que la continuación de las difusas “predicciones de la tierra de Lala” no hará que sus argumentos sean más sólidos.
Como indica el informe OMR de la AIE, la demanda aumentará en 5,36 millones de bpd en 2021, y otros 3,07 millones de bpd en 2022. A finales de 2022, se espera que la demanda mundial se sitúe en una media de 99,46 millones de bpd.
Este optimismo en el mercado es ampliamente compartido, si se observan las predicciones de precios de Goldman Sachs, Bank of America y Citibank, y algunos analistas incluso prevén 100 dólares por barril en 2022.
Algunos posibles contratiempos en el mercado podrían ser nuevas cepas de COVID-19 o contratiempos en la vacunación, pero por el momento, la probabilidad de un nuevo cierre mundial parece pequeña.
Uno de los principales motores de la recuperación del petróleo es el inicio de la temporada de conducción de verano, y como Europa vuelve a abrir sus fronteras a los veraneantes, la demanda de gasolina y combustible para aviones se recuperará. La AIE prevé que la demanda de combustible para aviones crezca en 1,5 millones de bpd en 2022, la de gasolina en 660.000 bpd y la de gasóleo en 520.000 bpd. Estas predicciones pueden resultar un poco conservadoras, ya que lo más probable es que los europeos utilicen sus coches para ir al extranjero, y los billetes de avión de bajo coste podrían hacer el resto.
El llamamiento de la AIE a la OPEP+ es claro, ya que el grupo tiene una capacidad oficial de producción sobrante de 6,9 millones de bpd, incluso después de los aumentos de producción acordados para los próximos meses. El llamamiento a los productores ajenos a la OPEP también es creciente, y la agencia espera que la producción ajena a la OPEP aumente en otros 710.000 bpd en 2021. La AIE también se muestra notablemente optimista sobre los niveles de producción de Estados Unidos. Espera que Estados Unidos añada más de 900.000 bpd de suministro el próximo año, y que Canadá, Brasil y Noruega también contribuyan al crecimiento de la producción.
La principal incógnita o dificultad de todo esto es lo que decidirá la OPEP+ en los próximos meses. Hasta ahora, el cártel se ha ceñido a su programa de recorte de la producción, incluso cuando algunos miembros destacados han expresado su deseo de producir más.
El resultado de las negociaciones sobre el acuerdo nuclear iraní sigue pendiendo sobre el mercado, mientras tanto, los problemas de Teherán son un factor de estabilización en el mercado. Al presionar a la OPEP+, la AIE está jugando con fuego. El llamamiento a abrir los grifos será visto por algunos como una luz verde para un aumento significativo de la producción. Arabia Saudí, los Emiratos Árabes Unidos y Rusia no mirarán de reojo si otros abren sus grifos. Podría darse una situación inversa, ya que la entrada de nuevo petróleo en el mercado podría hacer bajar los precios e impulsar indirectamente la demanda. En opinión de algunos analistas de la AIE y de las muy activas ONGs y fondos activistas de la semana pasada, esto sería un escenario catastrófico para los acuerdos sobre el cambio climático. Para los productores de la OPEP+ la situación parece cada vez más brillante, y con el aumento de los precios y la demanda, los ingresos también se dispararán.