La confirmación de la calificación muestra que la empresa considera que A2 es un reflejo adecuado del incremento de riesgos geopolíticos que enfrenta Israel, según explicó la misma.
La calificación crediticia soberana de un país, que es una evaluación sobre la capacidad de este para cumplir con sus obligaciones de deuda, proporciona a los inversores una medida del riesgo asociado con invertir en deuda de un país específico, como serían los bonos nacionales.
Al establecer esta calificación, las agencias analizan múltiples factores que influyen en la economía de una nación y tratan de prever eventos futuros. La empresa mantuvo la calificación que había ajustado previamente en febrero, cuando redujo la nota de Israel de A1 a A2.
Esta decisión se basa en el supuesto de que la guerra en curso entre Israel y Hamás persistirá, así como las tensiones entre Israel e Irán y sus afiliados, destacando principalmente a Hezbolá.
La perspectiva negativa ilustra la evaluación de la compañía acerca de un riesgo considerable de intensificación y la posibilidad de un enfrentamiento militar directo con Irán o Hezbolá.
Esta situación podría precipitar una degradación acelerada de la calificación de Israel, indicó la agencia. Asimismo, la empresa señaló que el impacto de las tensiones entre Israel y otros actores podría manifestarse gradualmente.
La contadora general Yali Rothenberg comentó que la decisión de Moody’s no es inesperada, considerando la guerra continuo de Israel y sus repercusiones económicas.
“Al destacar los retos de seguridad de Israel y cómo estos afectan la economía, [Moody’s] también reconoció positivamente la rápida recuperación económica de Israel en el primer trimestre de 2024”, expresó.
Además, subrayó la necesidad de que Israel mantenga una gestión fiscal prudente para asegurar el crecimiento sostenido a largo plazo y disminuir la proporción deuda/PIB.