Los procesadores y comerciantes de metales de toda China se enfrentan hoy a una sombría realidad. Debido a los grandes cambios económicos, tanto dentro como fuera del país, la demanda de metales ha caído en picado. Por supuesto, no son buenas noticias para el mayor fabricante de metales del mundo. ¿Pero qué significa para el resto del mundo?
Unos años difíciles y más por venir
Cuando se reduce, incluso los mercados más complicados son solo oferta y demanda. Por supuesto, el mundo ha visto extremos de ambos factores estos últimos años. En ese tiempo, hemos visto la pandemia del COVID-19, la guerra en Ucrania y el Ever Given atascado en el canal de Suez.
Entre 2020 y 2021, los compradores de toda China fueron los principales responsables de la subida mundial de los precios de los metales. En ese momento, estaban cubriendo sus apuestas a la espera de nuevas subidas de precios. Sin embargo, en marzo y abril se produjo un descenso masivo de la demanda de sus productos.
Según un artículo de S&P Global, las ventas internas de inmuebles iniciaron la tendencia. Poco después llegaron los cierres de COVID-19, los cierres de fábricas y una enorme caída en la compra de productos metálicos de consumo. Así que, siendo todo oferta y demanda, aquellos ansiosos compradores de 2020 y 2021 se han convertido ahora en ansiosos vendedores.
Apurando el ajuste de la demanda de metales
Ni siquiera China es lo suficientemente grande como para discutir los datos, y los futuros de los metales están indicando una fuerte presión de venta. La empresa de análisis financiero Refinitiv tiene los futuros del aluminio, el zinc, las barras de refuerzo de acero y el mineral de hierro a la baja durante el resto de 2022. Sin una previsión real para 2023 todavía, los compradores que intenten quedarse con sus suministros pueden perder millones.
Como se ha mencionado anteriormente, gran parte de esto tiene que ver con la baja demanda en la propia China. El sector de la construcción representa alrededor del 50 % del consumo de acero y el 30 % del consumo de aluminio. Con el fracaso de los nuevos proyectos y el crecimiento previsto casi inexistente, los “intermediarios” están sufriendo un gran pellizco. En muchos casos, los comerciantes de acero están vendiendo sus inventarios por debajo de sus costes de compra en un intento de salvar sus operaciones.
¿Estímulos al rescate?
Pekín no se ha quedado de brazos cruzados ante los problemas económicos del país. Recientemente ha anunciado una serie de medidas de estímulo económico destinadas a apuntalar su maltrecha economía. Las medidas incluyen recortes en los tipos de interés de los préstamos de referencia y retrasos en la devolución de los mismos, entre otras cosas. Sin embargo, la capital aún no ha dado marcha atrás en sus autoritarias medidas de COVID.
La mayoría de los expertos coinciden en que el empeño de China en los cierres y las clausuras es un factor de perturbación económica demasiado grande para que un simple estímulo pueda arreglarlo.