Ómicron ha demostrado ser la variante más transmisible del COVID-19 hasta el momento y, a pesar de que los expertos coinciden en que es significativamente menos mortal que Alpha y Delta, parece haber tenido un impacto sustancial en la economía estadounidense en enero.
Según los Centros de Control de Enfermedades (CDC), la variante Ómicron representaba aproximadamente el 95,4% de los nuevos casos de COVID-19 en Estados Unidos a finales de diciembre. A principios de enero, las previsiones del Centro de Modelización de Escenarios de COVID-19 pronosticaban un aumento “brusco y rápido” de los casos que alcanzaría su punto máximo antes de finales de mes.
Los daños causados
HIS Markit reveló que un índice “flash” de empresas centradas en los servicios cayó en enero a su nivel más bajo en 18 meses, pasando de 57,6 en diciembre del año pasado a 50,9 en enero. Otro indicador de las empresas manufactureras de Estados Unidos cayó de 57,7 a 55 en el mismo periodo, un mínimo de 15 meses.
Una lectura inferior a 50 significa que las empresas no están creciendo. Las lecturas por encima del 55% se consideran saludables.
IHS citó la escasez de mano de obra y la propagación de Ómicron como una de las principales razones de la falta de crecimiento repentino.
El 25 de enero, el Fondo Monetario Internacional (FMI) también publicó sus Perspectivas Económicas Mundiales, tras retrasar primero el informe para tener en cuenta el efecto de Ómicron. La institución financiera internacional rebajó su previsión de crecimiento mundial para 2022 al 4,4%, lo que supone un descenso de 0,5 puntos porcentuales respecto a su previsión inicial de crecimiento del producto interior bruto mundial.
Menos peligroso, más infeccioso
Las hospitalizaciones de niños siguen siendo bajas, con una media de 4,3 niños menores de 5 años por cada 100.000 ingresados en el hospital con una infección por COVID en la semana que terminó el 1 de enero. Esto supuso un aumento del 48% con respecto a la semana que terminó el 4 de diciembre, en correlación con el primer pico importante de infecciones por Ómicron.
Los estudios también demuestran que la variante Ómicron no se multiplica tan fácilmente en el tejido pulmonar, lo que da lugar a un virus menos mortal incluso para las personas no vacunadas.
No obstante, las advertencias de los dirigentes del gobierno federal y estatal de evitar reunirse con grandes grupos durante las fiestas y el temor generalizado al aumento de las infecciones pasaron factura al sector de los servicios. Las ausencias de los empleados causadas por la enfermedad general también perjudicaron tanto a la industria de servicios como a la manufacturera.
¿Otra variante en camino?
Según la Organización Mundial de la Salud, la próxima variante de COVID-19 que surja podría ser más contagiosa que Ómicron, pero no está claro si será más o menos mortal.
Maria Van Kerkhove, directora técnica de COVID-19 de la OMS, dijo esta semana que no hay garantía de que la próxima variante sea menos mortal que Ómicron. Sin embargo, afirmó que probablemente será más transmisible “porque tendrá que superar a lo que está circulando actualmente”.
Las variantes más infecciosas llevan a más personas al hospital y obligan a más trabajadores a quedarse en casa, y si la variante Ómicron sigue propagándose es probable que los daños económicos se vean durante varios meses más, como mínimo.