La producción de petróleo aumentará en 100.000 barriles diarios, es decir, un 0,1 % de la demanda mundial, ya que Arabia Saudita intenta apaciguar a sus amigos occidentales sin utilizar toda su capacidad excedente. La OPEP y sus aliados han aceptado este aumento.
Tras las recientes reuniones con el príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohammed bin Salman, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y su homólogo francés, Emmanuel Macron, seguramente se sentirán decepcionados por el escaso aumento de la producción del cártel.
Después de cuatro años de intentos de los aliados occidentales por distanciarse de Riad tras el asesinato del escritor Jamal Khashoggi, Arabia Saudita parece estar calentando la idea de un aumento moderado de la producción.
A esto se suma el hecho de que se espera que Rusia, que participa en la OPEP desde 2016, se enfrente a sanciones este año por su invasión de Ucrania.
Es poco probable que los precios se reduzcan significativamente como resultado del pequeño aumento de la producción. El petróleo Brent, la referencia más utilizada en el mundo, subió un 1,5 % hasta los 102 dólares por barril tras hacerse públicos los resultados de la reunión.