Por producción y valor de mercado, Saudi Aramco es la mayor empresa petrolera del mundo. Esta semana, otros muchos gigantes petroleros extranjeros también han anunciado beneficios récord en el segundo trimestre en medio de la subida de los precios del petróleo y el gas. Sin embargo, las similitudes entre las grandes petroleras y la compañía petrolera estatal saudí terminan con los beneficios récord de este año.
Aramco, el principal exportador de crudo del mundo, no es la típica empresa petrolera que cotiza en bolsa. Sus decisiones y acciones estratégicas se determinan en los palacios reales de Riad y en las reuniones de la OPEP y la OPEP+, no en la sala de juntas ni en las reuniones de accionistas. La mayor fuente de ingresos y flujo de caja del Reino es Saudi Aramco, que también reparte importantes dividendos a los accionistas, el mayor de los cuales es Arabia Saudita, con más del 95 % de las acciones de la empresa.
Aramco no inició programas de recompra ni aumentó los dividendos a pesar de los beneficios récord del segundo trimestre, a diferencia de otras grandes empresas internacionales. Aunque reiteró su creencia de que la demanda mundial de petróleo seguirá aumentando hasta al menos 2030, la empresa saudí no aumentó sus previsiones de gasto de capital para este año.
Rochelle Toplensky, de The Wall Street Journal, afirma que las acciones de Aramco (o más bien su inactividad, ya que mantuvo las previsiones de gastos de capital) pueden indicar que la mayor empresa petrolera del mundo podría estar cubriendo su apuesta por una demanda de petróleo en constante aumento durante los próximos diez años.
Debido a la subida de los precios del petróleo, Saudi Aramco anunció un beneficio neto de 48.400 millones de dólares en el segundo trimestre del año, una cantidad récord y un aumento del 90 % respecto al mismo periodo del año anterior. Según Aramco, el flujo de caja libre en el segundo trimestre fue de 34.600 millones de dólares y de 65.200 millones en el primer semestre de 2022.
Amin Nasser, consejero delegado de Aramco, reiteró la creencia que el gigante saudí mantiene desde hace años: que invertir en la oferta es insuficiente. “Aunque la volatilidad del mercado global y la incertidumbre económica se mantienen, los acontecimientos del primer semestre de este año respaldan nuestra opinión de que la inversión continua en nuestra industria es esencial, tanto para ayudar a garantizar que los mercados sigan estando bien abastecidos como para facilitar una transición energética ordenada”, dijo.
El alto directivo de la compañía prosiguió: “En realidad, esperamos que la demanda de petróleo siga creciendo durante el resto de la década, a pesar de las presiones económicas a la baja en las estimaciones globales a corto plazo”.
Aramco no ha revelado ninguna recompra ni aumento de dividendos mientras informa de una rentabilidad récord; la mayor parte de los dividendos de la empresa se destinan al Reino de Arabia Saudita.
Aramco declaró que “pretende ofrecer un dividendo sostenible y progresivo en línea con las perspectivas futuras y los resultados financieros subyacentes” en su anuncio de resultados financieros del segundo trimestre. En marzo de 2023, el Consejo tiene previsto reevaluar el dividendo a la luz de los resultados de todo el año 2022.
En 2022, Aramco prevé que el gasto de capital se sitúe en el extremo inferior de su previsión, entre 40.000 y 50.000 millones de dólares, frente a los 31.900 millones de dólares de capex en 2021. Según el informe, los mayores gastos de capital en las actividades de perforación relacionadas con el aumento de la Capacidad Máxima Sostenible y el desarrollo de proyectos no convencionales fueron los culpables del aumento del capex en lo que va de año.
Para 2027, Aramco quiere aumentar su capacidad de los actuales 12 millones de barriles diarios (bpd) a 13 millones de bpd. En una reunión árabe celebrada en julio en Jeddah, a la que asistió el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, el príncipe heredero saudí, Mohammed bin Salman, declaró que el negocio llegaría a los 13 millones de bpd, momento en el que “el Reino no tendrá ninguna capacidad adicional para aumentar la producción”.
Como parte del acuerdo OPEP+, las autoridades saudíes y la estrategia saudí determinan las políticas y la producción de Saudi Aramco. Por lo tanto, comprar acciones de Aramco expone a los inversores a un importante riesgo político y geopolítico, como se demostró en la oferta pública inicial de la compañía en 2019, en la que los principales inversores extranjeros no corrieron precisamente a comprar acciones de la mayor petrolera del mundo.
Aramco es frecuentemente comparada con las Grandes Petroleras en términos de gastos de capital, flujos de caja y rentabilidad, y supera a todas ellas, ya que tiene el derecho exclusivo de extraer todo el petróleo de Arabia Saudita. Sin embargo, Aramco se distingue del grupo de las grandes petroleras.