Los compradores de viviendas enfrentan costos más altos que hace un año, mientras que la inflación mostró signos de desaceleración en febrero, según datos de la Oficina Central de Estadísticas.
El precio promedio de las viviendas aumentó un 7,7% en el período diciembre-enero en comparación con el mismo intervalo de 2023-2024, poco después del estallido de la guerra.
Por otro lado, el Índice de Precios al Consumidor, que mide la inflación según el costo promedio de productos básicos, no registró cambios en febrero, pese a las proyecciones de un alza del 0,2% al 0,3%. La inflación anual cayó del 3,8% al 3,4%, aún fuera del objetivo gubernamental, que oscila entre el 1% y el 3%.
Varios sectores experimentaron incrementos de precios. El costo de la fruta fresca subió un 10,5%, las tarifas de comunicación un 0,7% y los gastos de entretenimiento un 0,8%. Tanto la comida como el alquiler aumentaron un 0,3%. En contraste, los precios de las verduras frescas descendieron un 7,1% y la ropa bajó un 3%.
Israel, miembro de la OCDE, presenta una alta concentración en sectores como alimentos y productos del hogar, lo que influye en la volatilidad de los precios. Además, los hogares han soportado alzas en impuestos y tarifas en los últimos meses, junto con tasas de interés elevadas.
El ataque de Hamás al sur de Israel el 7 de octubre de 2023, que provocó conflictos en Gaza y Líbano, así como ataques desde Irán y Yemen, ha impactado gravemente la economía familiar, especialmente en las ciudades fronterizas del norte y el sur.
Muchos reservistas tuvieron que cerrar sus negocios, mientras que otras empresas colapsaron debido a la crisis económica derivada de la guerra, aumentando el endeudamiento de numerosas familias.
Las perspectivas de crecimiento económico del país se han reducido. La incertidumbre generada por la guerra, la reforma judicial impulsada por el gobierno y la desaceleración económica mundial han frenado las inversiones en los últimos dos años.