Los precios del petróleo mostraron una tendencia a la baja este viernes, acercándose a su primera pérdida semanal del año. Esta disminución se debe a las expectativas de que el presidente Donald Trump incremente la oferta mundial de crudo, ejerciendo presión a la baja sobre los precios.
El reciente descenso ocurrió tras el discurso de Trump en el Foro Económico Mundial de Davos. Durante su intervención, el mandatario solicitó a la OPEP y a Arabia Saudita que redujeran los precios del petróleo de manera inmediata.
“El fin de la guerra entre Rusia y Ucrania ocurriría de inmediato si el precio del petróleo bajara. Actualmente, el precio es lo suficientemente alto como para mantener la guerra. Es urgente disminuirlo”, declaró Trump. “Esto debió haberse hecho mucho antes. En cierto modo, ellos son responsables de lo que está ocurriendo”, añadió el mandatario.
El analista de mercado senior de OANDA, Kelvin Wong, comentó sobre las implicaciones del discurso de Trump. Según señaló Wong, “es probable que el mercado petrolero experimente movimientos bajistas a corto plazo debido a la falta de claridad en la política comercial de Trump y al esperado incremento en los suministros de petróleo de Estados Unidos”. Estas declaraciones fueron recogidas por Reuters, en el contexto de la reunión en Davos.
Aunque no está claro si la OPEP responderá de inmediato al llamado de Trump aumentando la producción, los mercados reaccionaron rápidamente. La tendencia alcista que había dominado desde finales del año pasado se revirtió. El jueves, el crudo Brent y el West Texas Intermediate (WTI) registraron caídas superiores al 1%. Al momento de la redacción, el Brent cotizaba a 78,23 dólares por barril, mientras que el WTI se encontraba en 74,55 dólares, según datos de Oilprice.
Por otro lado, la confianza de los comerciantes en las políticas energéticas de Trump parece indicar un aumento significativo de la producción de crudo en Estados Unidos. Sin embargo, tanto analistas como la industria petrolera han mostrado escepticismo al respecto.
Las compañías de perforación han reiterado en diversas ocasiones que no tienen planes inmediatos de incrementar la producción significativamente. Estas empresas han priorizado la disciplina fiscal y la rentabilidad para sus accionistas, dejando en segundo plano la expansión de la oferta. Pese a ello, los mercados han reaccionado anticipadamente, dando por hecho los objetivos planteados por Trump.