El polémico proyecto Keystone XL, destinado a transportar más petróleo de Estados Unidos y Canadá a las refinerías del Golfo, vuelve al debate público.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, instó a TC Energy, la empresa responsable del oleoducto, a retomar la iniciativa y ponerla en marcha de inmediato. “Sé que fueron tratados muy mal por el somnoliento Joe Biden, pero la Administración Trump es muy diferente: aprobaciones fáciles, ¡comienzo casi inmediato!”, escribió en Truth Social el lunes por la noche.
Originalmente concebido para conectar la creciente producción petrolera estadounidense y, en menor medida, la de las arenas bituminosas de Alberta con las refinerías del Golfo de México, el proyecto fue propuesto en 2008 y tenía previsto iniciar operaciones en 2012. Sin embargo, el gobierno de Barack Obama lo bloqueó por razones ambientales. Posteriormente, Trump lo reactivó durante su primer mandato, pero Joe Biden revocó el permiso en su primer día en la Casa Blanca en 2021.
Actualmente, la red Keystone Pipeline ya transporta crudo dentro de Estados Unidos. La ampliación permitiría incrementar el flujo de petróleo canadiense hacia el sur, atravesando Montana, Dakota del Sur y Nebraska.
Trump aseguró el lunes que su administración facilitaría la reactivación del proyecto, afirmando en Truth Social: “Queremos que se construya el oleoducto Keystone XL”.
La propuesta fue bien recibida por los primeros ministros canadienses Danielle Smith, de Alberta, y Scott Moe, de Saskatchewan. Smith expresó en X que el proyecto nunca debió cancelarse y que su reactivación ayudaría a reducir los costos de combustible para las familias estadounidenses. Moe respaldó la idea, destacando que el fortalecimiento energético de América del Norte depende del libre comercio y la construcción de más oleoductos.
Sin embargo, la idea de reactivar Keystone XL contrasta con los planes de Trump de imponer aranceles del 25 % a todas las importaciones canadienses y un 10 % a la energía de ese país. Richard Masson, de la Escuela de Políticas Públicas de la Universidad de Calgary, cuestionó la lógica de imponer tarifas al petróleo importado mientras se impulsa la construcción de un oleoducto que aumentaría el flujo de crudo desde Canadá.
Rafi Tahmazian, exgerente de energía de Canoe Financial, sugirió que Trump podría estar respondiendo a la posibilidad de que Canadá retome el proyecto de oleoducto Energy East. Según él, la preocupación del mandatario radica en que Canadá diversifique sus exportaciones y reduzca su dependencia del mercado estadounidense, lo que afectaría a las refinerías de EE. UU.
El gobierno canadiense no ha descartado discutir la viabilidad de Keystone XL. Un portavoz del ministro de Recursos Naturales, Jonathan Wilkinson, afirmó que están abiertos a un diálogo productivo sobre el tema. Joanne Sivasankaran agregó que el proyecto ya cuenta con los permisos canadienses necesarios, aunque requeriría el interés de una empresa privada para avanzar, algo que no se ha manifestado hasta el momento.
El panorama empresarial también es incierto. TC Energy vendió su negocio de oleoductos a South Bow Corp. en 2023 para enfocarse en gas natural y energía. South Bow, actual propietaria del oleoducto Keystone existente, confirmó que no tiene interés en retomar Keystone XL, asegurando que “ha seguido adelante”. Según la portavoz de la empresa, Katie Stavinoha, la compañía continúa explorando alternativas para aumentar el suministro de petróleo canadiense, pero sin considerar la reactivación del proyecto.