El Gobierno británico interviene para ayudar a las empresas tecnológicas afectadas por la quiebra del Silicon Valley Bank.
El ministro de Economía británico, Jeremy Hunt, está a punto de anunciar una ayuda en metálico para decenas de empresas tecnológicas afectadas por la quiebra del Silicon Valley Bank (SVB). Muchas empresas tecnológicas y de ciencias de la vida que utilizan el banco británico SVB podrían enfrentarse a un “grave riesgo” de no poder pagar salarios y facturas.
Hunt ha descartado el rescate de la rama británica de SVB, pero planea garantizar que se cubran las necesidades operativas y de tesorería a corto plazo de los clientes británicos de SVB. El Canciller también pretende encontrar una solución a más largo plazo para apoyar a las empresas tecnológicas del Reino Unido.
El Canciller y el gobernador del Banco de Inglaterra, Andrew Bailey, mantuvieron conversaciones hasta bien entrado el sábado, y se espera que el plan definitivo esté listo el lunes.
Muchas empresas tecnológicas ya han intentado retirar sus depósitos, con el riesgo de perder todos los depósitos superiores a 85.000 libras si SVB entra en el régimen de resolución del Banco de Inglaterra. Más de 200 ejecutivos de empresas tecnológicas con sede en el Reino Unido han instado a Downing Street a intervenir, advirtiendo de una “amenaza existencial” para muchas empresas que realizan operaciones bancarias con el SVB UK.
Silicon Valley Bank UK está abocado a la insolvencia, tras las medidas adoptadas por su matriz estadounidense, y tiene una presencia limitada en el Reino Unido. Sin embargo, el Tesoro ha reconocido que la quiebra del banco podría tener un impacto significativo en la liquidez del ecosistema tecnológico, que se considera crucial para el futuro económico del Reino Unido.
El Gobierno británico tiene el objetivo de convertir a Gran Bretaña en “el próximo Silicon Valley”, y está decidido a contener las consecuencias para el sector tecnológico de la quiebra de SVB. Sin embargo, preocupa que desviarse del marco de resolución posterior a la crisis pueda causar tensiones con el Banco de Inglaterra.
La canciller en la sombra, Rachel Reeves, ha pedido que se consideren una serie de opciones, entre ellas garantizar todos los depósitos o trabajar con el Gobierno estadounidense en el rescate del banco. Más de 200 fundadores y dirigentes de start-ups han firmado una carta abierta a la Canciller, advirtiéndole de que son “potencialmente insolventes desde el punto de vista técnico”.
Los firmantes emplean a más de 10.000 personas y han conseguido financiación de riesgo por un total de 3.500 millones de libras. La mayoría de estas empresas tecnológicas tienen su banco en el SVB y cuentan con una diversidad limitada en cuanto a la ubicación de sus depósitos.
La intervención del Gobierno británico es crucial para contener el impacto de la quiebra de SVB en el ecosistema tecnológico del Reino Unido.
Los planes de Hunt de proporcionar apoyo operativo y de tesorería a corto plazo a las empresas afectadas, con el objetivo de encontrar una solución a más largo plazo, serán bien recibidos por muchos en el sector. Sin embargo, el Canciller se enfrenta a un difícil ejercicio de equilibrismo, ya que trata de apoyar a las empresas tecnológicas, al tiempo que evita posibles tensiones con el Banco de Inglaterra.