Tareck El Aissami, ministro de Petróleo de Venezuela durante tres años, ha dimitido en medio de una investigación por corrupción en la petrolera estatal PDVSA, ha informado Reuters, señalando que ya se han realizado seis detenciones.
La investigación, que también afecta al poder judicial, se ha saldado hasta ahora con la detención de dos jueces, un alcalde y tres altos cargos del Gobierno, según el informe, que cita medios de comunicación venezolanos y fuentes anónimas.
Según las mismas fuentes, unos 20 funcionarios de PDVSA también han sido detenidos en los últimos días. Es probable que estas detenciones se hayan producido en relación con la investigación de los cargamentos de petróleo que han estado saliendo del país sin que se hayan efectuado los pagos a la empresa, señalaron las fuentes de Reuters.
La petrolera estatal venezolana sufrió cuantiosas pérdidas por esos cargamentos impagados y el asunto llevó a la congelación de los contratos de suministro de petróleo a principios de este año, cuando el nuevo jefe de la compañía, Pedro Rafael Tellechea, asumió el cargo.
En ese momento, Reuters informó de que los problemas de pago han surgido porque PDVSA se ha visto obligada a utilizar los servicios de pequeñas empresas intermediarias para enviar su petróleo al extranjero debido a las sanciones de Estados Unidos. Éstas gestionan la mayor parte de los envíos de crudo venezolano al extranjero, pero una parte es comercializada por tres empresas occidentales: Chevron, Eni y Repsol, a las que se concedió una exención de sanciones para hacerlo.
Mientras tanto, la industria petrolera de Venezuela, paralizada como está por las sanciones de Estados Unidos, sigue siendo una gran fuente de ingresos. De hecho, Caracas dijo que esperaba que los ingresos procedentes de las exportaciones de petróleo financiaran hasta el 65% del presupuesto del Estado para este año.
Más concretamente, el Gobierno venezolano ha estipulado un presupuesto de 14.700 millones de dólares para este año, de los cuales 9.340 millones deberían proceder de PDVSA, un 14% más que en 2022. Con los precios actuales, es bastante improbable que esto ocurra, por lo que Venezuela tendría que aumentar la producción o esperar que los precios vuelvan a subir.