Casi el 80 por ciento de los israelíes de entre 25 y 46 años tienen empleo, en comparación con un promedio del 73.7 por ciento de los países de la OCDE, según un informe publicado el domingo por el Ministerio de Industria, Comercio y Trabajo.
Hoy en día, la tasa de desempleo en Israel es de alrededor del 4%, lo que es una cifra muy baja que ilustra que el desempleo, si no totalmente, es un desempleo “saludable”, principalmente debido a que la gente cambia de trabajo”, dice el informe.
Sin embargo, además de los aspectos positivos del informe, cabe señalar que solo la mitad de los hombres (haredi) ultraortodoxos y el 38% de las mujeres del sector árabe están empleados, lo que significa que sus ingresos están muy por debajo del salario medio. La tasa de empleo entre los israelíes etíopes también es relativamente alta, con un total del 78% (73% entre las mujeres), pero el salario medio mensual es bajo, aproximadamente la mitad del salario medio mensual de los israelíes no judíos.
Sin embargo, aunque la gran mayoría de los israelíes están empleados, su productividad es limitada. Según el informe, la productividad laboral por hora de Israel en 2018 era de 35,7 dólares por hora, solo el 74% de la media de la OCDE. Esta diferencia se ha mantenido sin cambios durante los últimos 17 años, sin ninguna mejora.
El aspecto más inquietante del informe es el bajo rendimiento de Israel en matemáticas, lectura, comprensión y resolución de problemas en un entorno informatizado. Incluso entre el segmento más fuerte de la población -los judíos que no son ingredientes- las habilidades matemáticas están por debajo del promedio de la OCDE. Los árabes israelíes están al final de la lista.
Duplicar sus ingresos
En términos de creación de empleo, la demanda de programadores, ingenieros y comercializadores ha crecido significativamente en los últimos cinco años, y la demanda de oficinistas, maquinistas y personal de servicio en las gasolineras ha disminuido en más de un 10%. Aproximadamente la mitad de los trabajadores de la construcción en el país provienen del sector árabe, y en el campo de la tecnología de la información y la comunicación, que constituye una parte significativa de la industria de alta tecnología de Israel, el 92% de los empleados son judíos no haredi. Los salarios de estos trabajadores son también casi el doble del salario medio mensual del país.
En 2016, solo el 0.16 por ciento del presupuesto estatal se destina a la formación profesional y a incentivos diseñados para desarrollar y ampliar el mercado laboral. Esta es la tercera cifra más baja entre los países de la OCDE. En comparación, la media de la OCDE es del 0.54%, con Dinamarca a la cabeza con un 2%.
En respuesta al informe, el ministro de Industria, Comercio y Trabajo, Jaime Katz, afirmó que su oficina “está trabajando para cerrar las brechas sociales y proporcionar las mejores herramientas posibles para aquellos segmentos de la población que se enfrentan a mayores dificultades para encontrar un empleo”.