Los inventarios de crudo venezolano han aumentado en un 84% en las últimas tres semanas, ya que la amenaza de sanciones de los Estados Unidos aleja a los compradores del producto básico más importante de la nación. Esto aumenta el riesgo de que la estatal PDVSA tenga que empezar a cerrar la producción de nuevo, y es la última señal de que la industria petrolera de Venezuela está al borde del colapso.
El puerto de José, la principal puerta de entrada de las exportaciones de petróleo del país, ha estado vacío durante una semana ya que los importadores de crudo venezolano, incluyendo a la India Reliance Industries Ltd, la española Repsol SA y la italiana Eni SpA se saltaron las compras de petróleo este mes, según informes internos vistos por Bloomberg. Las tres empresas el mes pasado tomaron un total de 9,7 millones de barriles, lo que representa más de la mitad de las exportaciones de setiembre.
El petróleo almacenado en la terminal de José y en las instalaciones cercanas conocidas como “actualizaciones” casi se duplicó a 10.6 millones de barriles desde finales de setiembre, revirtiendo así una disminución de tres meses. A estos niveles los inventarios se acercan peligrosamente a los volúmenes que en el pasado han llevado a la compañía petrolera estatal Petróleos de Venezuela SA a cerrar los pozos porque no tenía ningún otro lugar para almacenar su crudo.
Mientras que las sanciones estadounidenses han paralizado el comercio de exportación de petróleo de Venezuela, los llamados intercambios de crudo por diesel entre PDVSA y las refinerías asiáticas y europeas fueron permitidos por razones humanitarias. En agosto se informó que la administración de Trump estaba considerando medidas adicionales para cortar estas transacciones de combustible restantes. El mes pasado, Reliance compró 12 millones de barriles de petróleo canadiense, posiblemente un precursor de un cambio más permanente de Venezuela.
La administración Trump se está concentrando en los intercambios de diesel porque se está quedando sin opciones para presionar al régimen del presidente Nicolás Maduro. El mes pasado, un influyente funcionario de la administración de Trump se reunió en secreto con un representante del régimen de Nicolás Maduro en la Ciudad de México para tratar de negociar la salida pacífica del poder del líder venezolano.
La última vez que un petrolero cargó en la terminal de José fue el 16 de octubre, según los datos de seguimiento de barcos. No hay otros barcos programados para el resto del mes, según los informes preliminares vistos por Bloomberg. Es un gran contraste con respecto a hace tres años, cuando la terminal cargaba un barco cada 17 horas.
Con las grandes refinerías europeas e indias fuera del mercado venezolano, empresas poco conocidas como Retino Maritime, Kalinin Business, Xiamen Logistic Grass y Wanneng Munay han tomado el control, según los informes internos. Juntos han cargado hasta ahora 4,6 millones de barriles de petróleo, muy lejos de setiembre, cuando los cargamentos totalizaban 17,4 millones de barriles.