ESTOCOLMO – El fabricante de camiones sueco AB Volvo dejó de ensamblar camiones en Irán porque las sanciones de Estados Unidos impiden que se le pague, dijo el lunes un vocero de la compañía.
Las sanciones contra Irán, reimplantadas el 6 de agosto por el presidente estadounidense Donald Trump después de su decisión de retirarse de un acuerdo nuclear con Teherán, han obligado a las compañías en Alemania y en toda Europa a reconsiderar sus inversiones allí.
El portavoz de Volvo, Fredrik Ivarsson, dijo que el grupo de camiones ya no podía recibir ningún pago por las piezas que enviaba y decidió no operar en Irán en otro golpe a la industria automotriz del país, que a diferencia de los sectores energético y bancario, había logrado firmar contratos con las principales empresas europeas.
«Con todas estas sanciones y todo lo que Estados Unidos impuso (en su lugar) … el sistema bancario no funciona en Irán. No podemos recibir el pago«, dijo Ivarsson a Reuters por teléfono.
Antes de que se volvieran a imponer las sanciones, Volvo había expresado la ambición de que Irán se convirtiera en su principal centro de exportación para la región del Golfo y los mercados del norte de África.
La Unión Europea ha implementado una ley para proteger a sus compañías, pero las sanciones han disuadido a los bancos de hacer negocios con firmas iraníes, ya que Washington puede eliminar cualquier medida que facilite dichas transacciones del sistema financiero de los Estados Unidos.